La traducción médica
Al tratarse de una disciplina tan complicada, muchas empresas farmacéuticas y médicas solo confían la traducción de sus prospectos, informes médicos, sitios webs de hospitales y centros médicos, etc. a agencias de traducción especializadas en este sector, donde la calidad es vital y el más mínimo error puede conllevar consecuencias graves. Por eso, el proceso de traducción de textos médicos debe estar respaldado por exigentes certificaciones de calidad.
Desde hace un par de años existe una norma internacional que enumera los requisitos que deben cumplir los proveedores de servicios de traducción para un resultado óptimo. Se trata del estándar ISO 17100:2015. Varias empresas españolas de traducción cuentan con esta certificación internacional cada vez más demandada, especialmente por las empresas del sector médico, donde toda garantía es poca.
Esta norma establece que toda traducción que realice un traductor médico la debe revisar un revisor exhaustivamente. Este revisor es otro traductor médico diferente cuya especialidad coincide con el tema de que trata el texto. Además, la revisión también es sometida a varias pruebas de calidad por la agencia correspondiente. Todo esto conduce a la obtención de un texto traducido con la máxima calidad y diligencia.
En ocasiones, algunas empresas de la industria farmacéutica piden traducciones juradas de textos médicos. Estas traducciones oficiales llevan un sello del traductor, que acompaña su firma recogida en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.