Los niños están muy expuestos a dichos anuncios, desde 2010 han visto hasta un 18% más de anuncios de snacks en televisión.
Para determinar cuánto y cómo influían estos anuncios en los niños, un equipo de investigadores liderado por Jennifer Emond, profesora asistente de pediatría del Colegio Dartmouth en New Hampshire, reunió a un grupo de 60 niños de 2 a 5 años de edad y los expuso a un episodio de 14 minutos del famoso programa de Barrio Sésamo.
Para monitorizar los resultados, los niños tomaron un aperitivo saludable antes de ver el episodio para que no tuvieran hambre durante la exposición y durante la misma tuvieron acceso ilimitado a cualquier tipo de snack. Se separó en dos grupos a los niños, un grupo vio el episodio sin publicidad de snacks y el otro grupo con ella.
Los resultados obtenidos fueron concluyentes; los niños que estaban en el grupo de los anuncios consumieron, de media, 29.5 kcal más en forma del alimento anunciado en la televisión. Los investigadores opinan que esto demuestra que los anuncios animan a los niños a comer incluso sin tener hambre.
Este estudio nos muestra una realidad que no nos es extraña, estos hallazgos se hacen eco de estudios anteriores. Ya sabemos que ver la televisión es un factor que influye en el desarrollo de la obesidad dice la Dra. Allison Stakovsky. Ya sabemos que los niños que ven más horas la televisión son más propensos a tener sobrepeso. Incluso los niños que tienen televisión en su habitación tienen más probabilidades de tener sobrepeso.
Este estudio es una prueba más de que los pequeños no deberían ver la televisión más de 1 hora al día (según las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría). Debemos hacer un esfuerzo por concienciar a las familias de enseñar a los hijos la manera adecuada de comer, comer todos juntos en familia hablando y socializando los unos con los otros en lugar de comer viendo la televisión, mirando el teléfono o incluso leyendo.
En mi opinión, no acaba aquí la cosa, también se debería intentar controlar lo que aparece en televisión, dejar de anunciar este tipo de alimentos (y menos aún hacerlos tan atractivos) que sabemos son poco saludables no sólo para nuestros hijos, sino también para nosotros mismos, y empezar a anunciar más otro tipo de alimentos más saludables. Dejemos de ser tan hipócritas, ¿de qué sirve poner debajo de un anuncio Lleva una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable, si luego la realidad es otra muy distinta?
Con esta pequeña reflexión me despido hasta la próxima semana. Un saludo.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Pediatrics