Pasos a seguir para lograr una intervención exitosa durante la resolución de un conflicto.
Hay quienes piensan que un comportamiento organizado solo es recomendable en situaciones puntuales o con un cierto grado de complejidad y no es así, pues la disposición sistemática de las cosas es tan elemental como respirar y las consecuencias de la 'cualidad de desorganizado' no tienen límites.
Debes organizarte para ir de compras, estudiar, viajar, sobrevivir, no perder oportunidades, embarazarte hasta, por ejemplo, tener una intervención efectiva y eficaz en la resolución de un conflicto y es acerca de este último punto que dedicaremos este artículo.
Son muy frecuentes las contrariedades y oposiciones en esto que llamamos vida en sociedad a causa de las diversidades de intereses, necesidades, gustos y las personalidades de todos quienes integramos este colectivo. Si ponernos de acuerdo resulta bastante complejo, imaginemos hacer valer nuestros planteamientos o puntos de vista, más todavía salir airosos o ganar durante una intervención.
Sin embargo, es posible salir airosos en una intervención al considerar diversos factores, pero el más determinante es nuestro nivel de organización, principalmente el de las ideas.
El primer paso en situaciones un tanto hostiles o complejas es dejar de un lado las emociones. Cuando una emoción, una expectativa o la imaginación nos gobiernan, privan por encima de la razón, la objetividad y la lógica; bajo ese esquema es muy difícil decir algo coherente.
Por lo tanto, evita hacer planteamientos o solicitudes cuando estés molesto o triste. Espera hasta estar completamente calmado porque es en este estado de quietud que lograrás esclarecer la situación y tus ideas, además garantizarás que tus planteamientos tengan concreción.
Puedes poner orden en tus ideas, estableciendo el siguiente esquema ¿qué te incomodó, molestó o indignó?, ¿cómo te hace sentir esa situación? y ¿cómo te gustaría resolverla o qué te gustaría, esperarías que la otra parte hiciera?
Básate en argumentos sólidos y convincentes que apoyen tu punto de vista, presenta ejemplos, posibles hipótesis o consecuencias futuras dependiendo del hecho y sus alcances.
Evita abordar temas colaterales, que no guarden una relación directa con el tema, que estén basados en supuestos o que formen parte del pasado, pues desvirtuarás la intervención y correrás el riesgo que la otra parte lo tome como excusa para evadir el ofrecimiento de sus respuestas.
Establece el momento ideal para hablar y esto se debe a que no todos son propicios o alentadores. Una conversación o resolución de conflicto depende de varias partes y todas deben sentirse a gusto para hacer sus planteamientos.
Escoge un espacio acorde para hablar. Uno que no sea muy concurrido y se filtren muchos ruidos porque el tráfico de personas y de diversos sonidos entorpecerá el diálogo.
Escucha a la contraparte, respeta el momento de su intervención sin hacer interrupciones hasta que sus planteamientos culminen completamente.
Si es un conflicto que involucra a muchas personas, establezcan un coordinador que monitoree los turnos de habla y su duración. Previo al inicio de las intervenciones, es pertinente el levantar un acta con los únicos puntos a tratar y en consecuencia respetarla.
Finalmente, establezcan las acciones para las cuales se comprometen con el propósito de mejorar ese contexto.