La importancia de las palabras en Fisioterapia



No me cansaré de decir una y otra vez lo importante que es una correcta educación y comunicación con el paciente, en Fisioterapia. Hoy en día, me atrevería a decir que por delante de técnicas de tratamiento, diplomas de infinidad de cursos y todo tipo de condecoraciones con nombres rimbombantes (extravagantes), está la buena comunicación con el paciente.

En uno de esos días en los que me da por buscar información aleatoriamente en internet, me topé con un artículo que me va a servir para explicarte algo muy importante en el tratamiento de tus pacientes. El artículo del que te hablo, Divided by a lack of common language? – a qualitative study exploring the use of language by health professionals treating back pain (2009) de Karen L Barker, tiene ya unos años, pero hay artículos que no dejan de ser útiles con el paso del tiempo. Me va a venir bien para explicarte lo que hoy nos atañe.

En el anteriormente citado artículo científico, se analizó el impacto que las palabras que utilizamos diferentes profesionales de la salud, tienen en los pacientes. La terminología analizada en el estudio fue interpretada por los pacientes de manera diferente, dividiéndola en tres bloques:

Términos que no se entendieron o fueron malinterpretados y tuvieron implicaciones negativas inesperadas (como puede ser una respuesta emocional negativa).

Téminos que no se entendieron o fueron malinterpretados, pero no llevaron a respuestas emocionales negativas.

Términos que fueron entendidos como el profesional de la salud esperaba.
Voy a exponerte algunos de los términos analizados ( de los que fueron mal entendidos), así como sus interpretaciones…

Dolor de espalda inespecífico. Es interpretado por muchos como que en realidad no tienen nada o que el profesional de la salud no entiende el problema que tienen. Esto podría ser debido a que el término “inespecífico” es “non-specific” en inglés y la palabra “non” quizás se interpreta de manera incorrecta, por ser una negación.

Crónico. Se interpreta, por muchos, como que la lesión es severa o, incluso, incurable.

Debilidad muscular. Algunos lo interpretaron como algo permanente y que implicaba que la persona era débil.

Inestabilidad. El paciente lo podría interpretar como que  a lo mínimo que haga, el dolor de espalda podría volver a aparecer o empeorar. Esto podría llevarle a tener miedo a moverse.

Implicación nerviosa. Este término es el que crea más preocupación, porque la palabra “nerviosa” la tienden a relacionar con el que algo no va bien en su cabeza. Hay quien va más allá y lo interpreta como algo tan preocupante que podría implicar tener un tumor e incluso una muerte temprana.

Artrosis. El paciente, en ocasiones, interpreta esta palabra como que su dolencia no tiene vuelta atrás y no tiene tratamiento posible.
El gran problema tras esto, es la utilización de terminología médica en lugar de usar palabras entendibles por el paciente, así como una pobre habilidad comunicativa (en palabras llanas… que nos explicamos como un libro cerrado).

Además, en ocasiones una misma palabra significa algo diferente para unos profesionales de la salud frente a otros; por aquello de la infinidad de términos que empleamos y el diferente nivel de estudios y comprensión que tenemos. Esto último trata de solventarse creando consensos entre profesionales y publicándolos en revistas especializadas. He ahí la importancia que tiene la lectura diaria en el mundo de la salud en general y la Fisioterapia en particular. Un ejemplo podría ser el artículo Terminology and classification of muscle injuries in sport: The Munich consensus statement (2012) de Hans-Wilhelm Mueller-Wohlfahrt y col., que es un consenso de la terminología y clasificación de lesiones musculares, que debemos usar los profesionales sanitarios para un mayor entendimiento entre nosotros.

Es momento de darte un ejemplo de esos a los que te tengo acostumbrado. Pongamos que en lugar de hablar de una conversación entre un profesional de la salud y un paciente, la conversación es entre una persona española y otra argentina. En esta conversación el argentino le dice al español “cómo me gustan las tortas, más que mi vida misma”. El español, que es generoso por naturaleza, quiere hacerle feliz al argentino y le arrea una torta (manotazo, tortazo, guantazo). Estoy seguro de que el argentino no estaba contento del todo. La palabra para “torta” en España es “tarta” y “torta” es un manotazo en la cara. El mismo ejemplo lo podría poner con otros términos cuya traducción me haría entrar en terreno de “palabros malsonantes”, pero mejor lo dejamos aquí, porque seguro que me has entendido. Debemos adaptar nuestro lenguaje a la situación en la que nos encontramos.

Como he comentado con anterioridad, este artículo tiene unos años, pero nos sirve para tener clara una cosa. Los pacientes, muchas veces, entienden algo distinto a lo que el profesional sanitario quiere transmitir y es por ello que debemos tener una buena capacidad comunicativa y adaptarnos al nivel de entendimiento del paciente. Esto es clave para el éxito de nuestro tratamiento o, lo que es lo mismo, para la salud del paciente.

La imagen es una adaptación de un dominio público de Pixabay.

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