Cuando voy, se para el tiempo. Me sumerjo en un entramado de momentos mágicos, relajados e inolvidables. Una vorágine de sensaciones rodeadas de cumbres nevadas y valles verdes salpicados de rojas amapolas. Caballos, vacas y ovejas conviven con bicicletas y algún que otro coche. Durante el día, el chirrido de las cigarras, los relinches y mugidos son los únicos sonidos que acompañan el devenir de las horas y los días.
Las mañanas son frescas, perfumadas por el olor a hierba mojada. Los mediodías calurosos, iluminados por un sol sofocante. Las tardes tranquilas, a menudo amenazadas por refrescantes tormentas vespertinas. Las noches frescas, estrelladas y acompañadas por el sereno canto de los grillos.
Puigcerdà es la capìtal de La Cerdanya y el punto neurálgico del valle. Pequeña y pintoresca ciudad llena de vida, cuyo lago rodeado de villas majestuosas en colores animados es de obligada visita. Los mercados de hortalizas y productos locales también merecen la pena. Para los más consumistas, el barrio antiguo está salpicado de tiendas de moda y de productos para practicar deportes de montaña como el esquí, por supuesto. La minúscula frontera con el país vecino, generalmente sin vigilancia, anuncia con su bienvenu que te encuentras en territorio francés.
Los pequeños pueblos que puntean el valle se caracterizan por disponer de una pequeña ermita, vetustas casas de piedra y tejados de pizarra. Las plantas trepadoras habitan entre sus muros y refrescan el ambiente. El silencio y el ulular del viento te acompañan durante los plácidos paseos, a excepción de los ladridos de algún can protector.
¿Y qué decir de esas montañas pirenaicas? Reservan para quién esté dispuesto a explorarlas lagos naturales y parajes de incomparable belleza, donde podemos tener el privilegio de divisar ciervos, corzos, marmotas, ardillas o imponentes quebrantahuesos.
Mis días de asueto han llegado y mientras escribo anhelo volver allí, a mi paraíso. Durante quince días Optimistablog cerrará por vacaciones. Aunque no hayan publicaciones, seguiré escribiendo y, sin lugar a dudas, os tendré en mi pensamiento.
“Las vacaciones son como el amor: las anticipamos con placer, las experimentamos con incomodidad y las recordamos con nostalgia”. Evan Esar.
Sed felices ;)
Olivia
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