Si bien es normal experimentar cierta cantidad de secreción acuosa a través del ciclo menstrual, a veces el moco puede ir acompañado de otros síntomas, que normalmente indican que algo más serio está pasando. Entonces, ¿qué significa exactamente la presencia de un flujo claro y acuoso?¿Es un motivo de preocupación? Encuentra la respuesta a continuación.
¿Cuándo aparece el flujo acuoso y claro?
Existen muchos factores que pueden afectar el color, la consistencia y la cantidad de secreción vaginal. Es importante tomar nota de esos cambios para comprender cómo funciona el medio vaginal. A continuación se describen los momentos más comunes en los que se puede experimentar una secreción acuosa y clara:
1. Flujo claro y acuoso durante la ovulación
La ovulación es el momento del ciclo menstrual donde comúnmente se produce este tipo de flujo. Cuando estás ovulando, los niveles de estrógeno aumentan significativamente, lo que da lugar a una gran cantidad de flujo vaginal acuoso. La cantidad alcanza su punto máximo el día en que el óvulo se libera o el día anterior. Durante la ovulación, la vagina producirá hasta 30 veces más moco cervical de lo habitual. Siempre debe ser un flujo claro, acuoso y sin mal olor.
2. Flujo vaginal claro y acuoso después del sexo
Si eres una mujer sexualmente activa, entonces has notado sin duda un incremento en la descarga vaginal durante y después del sexo. Esta descarga generalmente es clara, resbaladiza, y se produce como resultado de la excitación sexual. Pero en lugar de venir desde el interior de la vagina, como el flujo regular, este es producido por glándulas específicas situadas por encima y por debajo de la abertura vaginal. Estas son las glándulas de Bartholin y Skene.
Este tipo de descarga se conoce comúnmente como flujo lubricante y su función es facilitar la penetración durante el coito, haciendo del acto sexual algo más agradable para ti. Las glándulas continuarán produciendo flujo lubricante varias horas después del acto sexual, por lo que tu vulva se sentirá pegajosa y resbaladiza, posiblemente mojando tu ropa.
3. Flujo vaginal acuoso durante el embarazo
Muy pocas mujeres son conscientes de los cambios hormonales que se producen en su cuerpo una vez que han quedado embarazadas. Uno de los signos es precisamente la secreción vaginal acuosa y clara. Al igual que durante la ovulación, los niveles de estrógeno aumentan drásticamente al principio del embarazo, lo que conduce a una mayor producción de flujo en la vagina y el cuello uterino. A veces, la descarga vaginal puede ir acompañada de hilos de sangre, un hecho que se conoce como sangrado o manchado de implantación.
La mayoría de las mujeres experimentan grandes cantidades de moco durante el embarazo, siempre y cuando no haya otros síntomas como picazón, hinchazón o enrojecimiento de la vulva, dolor al orinar o sangrado, todo debe estar bien. La cantidad aumentará a medida que la fecha de parto se acerque, culminando el día en que se libera el tapón de moco cervical.
4. Flujo acuoso durante el período
Antes y después del período menstrual la cantidad de flujo es relativamente pequeña, pero aumenta de manera significativa durante el período debido a los cambios hormonales que tienen lugar. Durante los primeros dos o tres días, el flujo puede no ser evidente debido a la salida natural de la sangre. Una vez que la cantidad comienza a disminuir, puede notarse que la descarga se torna rosácea por la combinación de sangre y flujo vaginal.
Signos a tener en cuenta
Si experimentas un aumento repentino en la cantidad de flujo vaginal, o si algunas características como el color, consistencia u olor también han cambiado, debes acudir al médico y obtener su valoración. Por ejemplo, una secreción maloliente similar al queso, de color verde, gris o amarillo puede indicar la presencia de una infección y es crucial recibir un tratamiento tan pronto como sea posible para prevenir consecuencias más graves, como la enfermedad inflamatoria pélvica, el embarazo ectópico o la infertilidad.
Hemos creado una lista con los principales tipos de flujo anormal que puedes notar, junto con sus síntomas y las causas potenciales.
1. Flujo blanco
Características: color blanco lechoso o nublado, espeso, con fuerte olor a pescado, con una consistencia parecida al queso.
Otros síntomas: picazón, hinchazón o enrojecimiento de la vagina, ardor al orinar, dolor abdominal bajo.
Las posibles causas: infección por levaduras o vaginosis bacteriana.
2. Flujo vaginal amarillento
Características: de color amarillo pálido a oscuro, olor a pescado, con textura gruesa y cremosa que se siente como loción cuando se frota entre los dedos.
Otros síntomas: picazón, hinchazón o enrojecimiento de la vagina, dolor al orinar, dolor durante el coito, dolor abdominal bajo.
Las posibles causas: Vaginosis bacteriana o gonorrea.
3. Flujo vaginal verdoso
Características: color verde-amarillento, olor a pescado o agrio, de consistencia pastosa.
Otros síntomas: incontinencia urinaria, dolor pélvico, picazón, hinchazón o enrojecimiento en la vagina, sangrado (manchado) entre períodos.
Las causas posibles: tricomoniasis o clamidia.
4. Flujo vaginal gris
Características: color gris, blanco pálido o nublado; olor más fuerte de lo habitual, de consistencia cremosa.
Otros síntomas: enrojecimiento o inflamación en la vagina o la vulva, picazón y ardor.
Las causas posibles: Vaginosis bacteriana.
Buscar asistencia médica
Si experimentas cualquiera de los tipos de flujo antes mencionados, por favor asegúrate de ir pronto al médico y someterte a los exámenes vaginales necesarios para diagnosticar la causa subyacente. El tratamiento oportuno te ayudará a prevenir posibles complicaciones, especialmente si estás embarazada. El médico también puede recomendarte que cambies tus hábitos de higiene y estilo de vida para prevenir que la infección reaparezca.