Se trata de códigos denominados PLU que sirven para identificar los productos y hacer del control de inventarios un proceso más rápido, simple y exacto.
Han sido usados desde 1990 y actualmente hay más de 1,400 códigos PLU asignados.
Además, sirven para identificar si un producto ha seguido para su crecimiento un proceso orgánico o convencional (usando fertilizantes y pesticidas).
La composición de los códigos puede constar de cuatro o cinco dígitos.
Si el número inicial es un 9, significa que el producto ha sido cultivado de manera totalmente orgánica.
Un número 8 al inicio significa que el producto ha sido genéticamente modificado.
Los últimos dos dígitos de los productos grandes serán diferentes que el mismo producto pero en versión más pequeña.
Esto se debe a que los productos grandes son más caros.
En complemento, la etiqueta que está pegada al producto es elaborada con papel comestible.
Lo ideal es quitar la etiqueta antes de comer el alimento pero si no lo haces ten la seguridad de que no te hará daño.
Puedes conocer estos y otros datos en el siguiente vídeo realizado por Business Insider:
Imagen bajo licencia Creative Commons por Wikimedia