Existen muchas causas por la que se puede sufrir una enfermedad coronaria. De hecho, es importante conocer en detalle estas enfermedades para poder prevenirlas. Cabe destacar que las enfermedades cardiovasculares pueden afectar tanto el corazón, como también las venas o las arterias de nuestro cuerpo.
Empezaremos por hablar de una enfermedad que afecta a un gran número de personas: la hipertensión arterial. Esta se produce por un aumento progresivo de la presión arterial que causas problemas en todo el sistema circulatorio.
Es una enfermedad considerada como crónica, aunque puede tratada siempre y cuando se diagnostique a tiempo. Otra de las enfermedades cardiovasculares que afecta gravemente la salud es la denominada insuficiencia cardiaca. Esta enfermedad es debida a que el corazón no bombea la sangre correctamente y, por tanto, no llega en cantidad suficiente a todo nuestro organismo.
Esto causa que el corazón se debilite, ya que está realizando un esfuerzo adicional para enviar la sangre a todos los órganos del cuerpo. Cuando nuestro corazón no aguanta este ritmo las consecuencias pueden ser muy graves para la salud, por lo que es fundamental detectarla a tiempo. Además, existe una enfermedad relacionada con el corazón que suele afectar a la población joven: la Miocardiopatía.
Esta enfermedad se origina por deficiencias en los músculos que bombean la sangre. Uno de los pocos tratamientos que existen para ella son los trasplantes de corazón, lo que nos da una idea de su gravedad. Hay enfermedades cardiovasculares que afectan directamente a las arterias. En este grupo se encuentra la Cardiopatía isquémica, que tiene un síntoma muy característico. Las arterias empiezan a estrecharse, lo que causa una especie de tapón en el flujo de la sangre, que dificulta el flujo del torrente circulatorio.
Esta enfermedad es muy difícil de detectar, ya que el proceso de reducción de las arterias se produce de forma paulatina, hasta que llega a un punto que la persona comienza a tener problemas circulatorios, momento en el cual es fundamental ponerse en tratamiento con un médico especialista.
Todas estas enfermedades pueden prevenirse en parte con una buena alimentación y con ejercicio moderado. No obstante, en muchos casos son hereditarias por lo que se recomienda informar a nuestro médico de cabecera acerca del historial clínico de nuestros familiares para pasar revisiones periódicas que nos ayuden a detectarlas a tiempo.
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