El sufrimiento humano está ligado a la condición humana, es decir, es inherente al ser humano. Toda persona ha pasado o tiene que pasar este tipo de dolor interior emocional en algún momento de la vida y lo podemos encontrar en numerosas ocasiones: ruptura amorosa, pérdida de algún ser querido, pérdida del sentido de la vida, pérdida del trabajo, altas exigencias impuestas por otros o por uno mismo, problemas emocionales o sociales etc.
Pregúntate a ti mismo: ¿A cuántas personas conoces que no haya experimentado dolor y/o sufrimiento por problemas o dificultades como los descritos anteriormente?
El sufrimiento como concepto
De manera general, las personas acuden a terapia afligidos por experiencias dolorosas (tristeza, ansiedad, culpa, miedo), ideas obsesivas, creencias limitantes, recuerdos desagradables etc. Vienen con el objetivo principal de que el terapeuta les quite ese malestar para que así puedan continuar con sus vidas o empezar a vivir de una manera mucho más placentera e indolora.El sufrimiento humano es universal y la manera que tenemos de afrontarlo también lo es, pues en muchas ocasiones la forma que tenemos de hacerle frente, como por ejemplo evitando la situación, acaba creando y dando lugar a más malestar; nos vemos acorralados en una trampa. Dicho de otra manera, las estrategias de afrontamiento que la mayoría de los seres humanos ponen en práctica, como personas racionales y lógicas, es la evitación; evitar esa situación o problemática que está causando dolor e intentar que los pensamientos se vayan luchando contra la ansiedad. ¿Para qué? Para conseguir dejar de sentir ese dolor y, en consecuencia, buscar el placer.
De esta manera, se tiende a escapar de pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales dolorosas. A corto plazo produce alivio inmediato, sin embargo a largo plazo estas sensaciones se vuelven más importantes y contraproducentes, tendiendo a suceder con más frecuencia y/o intensidad.
¿Cómo actuamos ante las dificultades?
Cuando experimentamos dificultades en alguna área de nuestra vida (personal, pareja, social, trabajo, familiar), tienden a aumentar nuestros eventos privados. Estos eventos son los pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales que experimentamos de manera interna y propia. Son aversivos, dolorosos y desagradables para la persona que los experimenta, pues nadie quiere sentir ansiedad, ánimo decaído, miedo, etc. Si llevamos a la persona que está experimentando este sufrimiento a preguntarse el “Por qué” conseguimos evaluar las experiencias e incluso analizar todas las opciones para que no vuelva a ocurrir.Ante todo esto, tratamos de no experimentar dolor o sufrimiento, evitando y controlando este tipo de experiencias. Éstas pueden consistir en beber alcohol, intentar eliminar el pensamiento, ignorar la experiencia, salir a correr, ver series, desconectar etc. En definitiva, hablamos del abandono de comportamientos efectivos para evitar aquello que no nos gusta. Y es entonces cuando la persona se ve atrapada en el sufrimiento.
Evitación experiencial
Todo lo anterior descrito da lugar a una evitación experiencial: la persona deja de estar en contacto con su experiencia pues no está dispuesta a experimentar sus vivencias internas personales. Además, intenta hacer todo lo posible por modificar la frecuencia, forma o susceptibilidad situacional. Asimismo, las emociones humanas que son valoradas como negativas socialmente o que aparecen de experiencias dolorosas tienden a ser evitadas, lo que conlleva a que los seres humanos intenten no tener contacto con estas emociones menos agradables de sentir. Sin embargo, cada una de las emociones tiene una función adaptativa para la persona en un contexto determinado.Los seres humanos hemos aprendido a tratar de modificar o quitar los eventos privados aversivos de la misma forma que lo hacemos con los eventos externos que entorpecen, molestan o interfieren. Por ejemplo, estamos sentados en nuestro escritorio haciendo un trabajo para clase y tenemos un bolígrafo de color verde fosforito al lado nuestra que nos molesta. Tenemos la capacidad de emitir una conducta para quitar ese bolígrafo que nos está molestando; en el caso del ejemplo, lo quitamos de nuestra vista y continuamos el trabajo de clase.
¿Podemos eliminar el sufrimiento fácilmente?
La diferencia entre un caso de sufrimiento emocional con el ejemplo del bolígrafo verde fosforito es que los problemas relacionados con la experiencia, pensamientos y sentimientos no responden a la misma lógica de modificar o eliminar. Esto no funciona con los eventos privados ya que no podemos decidir ni controlarlos. No podemos decidir controlar el sentimiento de tristeza o alegría. ¿Cuántas veces se nos ha dicho “no te preocupes”, “no estés triste” o “no pienses más en eso” ? Trataremos de seguir el consejo pero no funciona porque seguimos sintiéndonos tristes y/o preocupados.Aceptación como alternativa
La aceptación no supone aguante, resignación o tolerancia, sino elección de las experiencias tal y como suceden, tal y como son, siendo plenamente consciente y con una actitud de curiosidad y apertura. Asimismo, la aceptación constituye una postura abierta, flexible y receptiva con respecto a la experiencia. Abarcando vivencias que se preferiría no tener, pero igualmente incluyendo experiencias deseables, abriendo un espacio donde experimentar determinados aspectos sin emitir juicios y sin enredarse mentalmente con ellos. Por lo tanto, la aceptación es una disposición a estar abierto, receptivo y ser flexibles.Adoptar una postura aceptante, centrada en el presente, abierta y permitir que los pensamientos, recuerdos, sensaciones corporales y emociones vayan y vengan sin hacer nada al respecto. Así, se facilita que las personas atiendan y puedan contactar con su propia experiencia en lugar de evitarla. Su conducta pasará a ser más flexible y sus acciones más consistentes con los valores que dan sentido a su vida, pudiendo llevar una vida que merezca la pena ser vivida.
Si te has sentido identificado con las situaciones, emociones y sentimientos que se han descrito en este artículo, es posible que sea una buena opción escoger a un profesional de psicología que te proporcione todas las herramientas necesarias para evitar estas situaciones o, mejor dicho, lidiar con ellas.
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