Es una técnica milenaria, cuyos beneficios se han comprobado sobradamente, que no tiene ningún tipo de efecto secundario adverso y que puede usarse en cualquier persona y en cualquier edad.
Resulta un complemento valiosísimo para terapias de tipo médico, psicológico o pedagógico, potenciando y mejorando sustancialmente sus resultados.
Los beneficios del Reiki en los niños
El Reiki actúa tanto sobre el cuerpo físico como sobre el cuerpo emocional, de manera que puede ayudar a mejorar un problema de salud o un problema psicológico.
Aunque todos sus efectos son aplicables tanto a niños como a adultos, a partir de ahora me centraré en el ámbito infantil. En síntesis, sus beneficios son aplicables a tres áreas:
1. Área de la salud: Equilibra el cuerpo físico mejorando globalmente su funcionamiento.
Entre otros, destacamos algunos de los principales efectos:
Es muy efectivo en el tratamiento del dolor y las enfermedades psicosomáticas.
Ayuda a regular los niveles en enfermedades como el hipo/ hipertiroidismo, la diabetes, etc.
Optimiza el resultado y la convalecencia de las operaciones quirúrgicas.
En general, potencia el resultado de cualquier tratamiento médico.
2. Área psicológica: Suprime los bloqueos y libera las tensiones emocionales
De esta manera:
Aumenta la vivencia de fuerza interior y confianza en sí mismo. La sensación es que el niño se ha despertado.
Rebaja significativamente los niveles de ansiedad e hiperactividad, mejorando el comportamiento en casa y en la escuela.
Elimina miedos a situaciones concretas (a la oscuridad, a hablar o leer en público, a quedarse solo, etc.).
Ayuda a resolver conflictos relacionales. Por ejemplo, los conflictos que se originan en el niño a raíz de la separación de los padres o de desavenencias entre ellos, celos entre hermanos, timidez o agresividad con los compañeros, etc.
3. Área del aprendizaje
Sobre este área cabe destacar:
Potencia las capacidades de aprendizaje en general: atención, memoria,comprensión.
Estimula las áreas del cerebro relacionadas con los aprendizajes del lenguaje y la lógica.
Evidentemente ésta es una división artificial ya que las tres áreas están íntimamente relacionadas. Así por ejemplo, un niño que sufre por la separación de los padres, puede bajar su rendimiento escolar o mostrarse agresivo con los compañeros; un niño que no confía en sí mismo y que tiene mucho miedo a equivocarse, puede presentar vómitos o dolor de cabeza a la hora de ir al colegio; o un niño con muchos miedos, puede presentar problemas de concentración o de hiperactividad.
Así pues, aunque los síntomas que el niño presente pueda parecer que pertenecen a un área concreta, el trabajo con el Reiki (por supuesto siempre combinado con el buen hacer del terapeuta) siempre actúa sobre la globalidad del niño y, en consecuencia, los efectos que produce son sólidos y permanentes.
Leer artículo en Saludterapia