Si estuvieras libre de todo miedo ¿sabes qué sucedería? Harías exactamente aquello que quieres hacer. Jiddu Krishnamurti
En momentos como los actuales resulta difícil vivir sin miedo, porque incesantemente todos los medios de comunicación nos envían mensajes infundiendo miedo a toda la población y generando una desconfianza descomunal.
Esto hace que la mayoría tengamos un miedo irracional a todo en general, y nos provoca que un simple resfriado que antes nunca nos había preocupado ahora sea motivo de que nos asustemos sin causa ni razón, y corramos a hacernos unas pruebas específicas para saber si estamos o no estamos bien, si tenemos o no tenemos un virus que hace un tiempo está con nosotros y que por lo que parece, no tiene intención de dejarnos por el momento. Es una tarea compleja liberarnos de este o estos miedos que conviven con nosotros actualmente.
El miedo es una emoción primaria provocada por la presencia de un hecho real o imaginario, que se da entre todos los seres humanos. Debemos aceptar que es normal tener miedo, ahora lo que no debemos es, dejar que el miedo irracional se apodere de nuestras vidas y nos provoque angustia, desconfianza, pánico, terror, horror, porque entonces el será nuestro dueño y quedaremos inhabilitados para actuar consecuentemente. Este miedo irracional nos debilita profundamente dañando nuestras capacidades y nos incapacita al paralizarnos en el momento de tomar nuestras decisiones, al mismo tiempo que nos baja nuestro sistema inmunitario.
Dicen que lo contrario al Miedo es el Amor y entiendo que es razonable que nos posicionemos hacia el Amor y la Confianza que nos permitirá poco a poco recuperar nuestros objetivos y una vida más plena y mejor.
El Amor nos abre las puertas a un mundo lleno de posibilidades, aumenta nuestra autoestima y nos capacita para lograr nuestros sueños u objetivos, en tanto que el Miedo nos paraliza y arrebata todos nuestros anhelos.
Recordemos que el ser humano es un ser social por naturaleza y en estos casi dos años hemos sufrido una pérdida de libertad considerable al aislarnos socialmente impidiendo encuentros familiares, reuniones de amigos o sociales y este miedo nos ha hecho desconfiar de la gente de nuestro entorno, distanciarnos los unos de los otros, nuestros vínculos son cada día más frágiles y nos comunicamos por medios virtuales perdiendo el contacto humano que es necesario para todo ser viviente.
No dejemos que este aislamiento le de poder al miedo y este miedo nos lleve a un sin vivir, a una soledad no deseada que es un factor que incapacita a muchas personas volviéndolas insociables y con una percepción de vacío que les hace dudar si esta vida vale realmente la pena.
El hecho de tener miedo y más miedo, nos provoca pérdida de libertad y cuanto menos libres más infelices nos sentimos. Entre todos debemos salir de este miedo irracional, de este victimismo, de este vivir sin vivir, de esta coacción desenfrenada hacia toda la humanidad.
Desde aquí propongo que recuperemos nuestra capacidad de pensamiento crítico, que no nos convirtamos en simples marionetas debidamente programadas por otros, que dejemos a un lado a los medios de comunicación audiovisuales que nos mantienen encarcelados como en la caverna de Platón. Debemos dar importancia a lo que es importante, debemos analizar lo que nos llega por todos los medios y debemos cuestionar lo esencial y darle importancia a nuestra intuición, que nos permitirá discernir entre lo que es verdad de lo que no lo es.
Demos un paso hacia adelante, despertemos de este sueño y volvamos a ser personas sociales y abiertas para conseguir que nuestro mundo sea mejor. Demos sentido a nuestra vida, dejemos los miedos a un lado y vivamos intensamente nuestra vida con libertad, confianza y mucho mucho Amor.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.