Las más apropiadas son las piedras volcánicas de basalto, pues por su alta densidad conservan muy bien el calor. El calor en si mismo distiende la musculatura e induce a la relajación y la dureza de la piedra permite que el masaje pueda ser además, profundo; por tanto muy interesante en contracturas musculares, estrés y tensiones diversas.
El tacto de la piedra caliente, con el deslizamiento suave que le proporciona el aceite puede ser sublime, si además es enriquecido con esencias naturales (aromaterapia) dadas sus reconocidas cualidades terapéuticas es espectacular.
Beneficios del masaje con piedras calientes
Este tipo de masaje puede aportar numerosos beneficios al paciente. Entre otros:
Reduce los dolores crónicos
Alivia tensiones
Equilibra el sistema neurológico
Dilata los conductos sanguíneos y linfáticos favoreciendo la circulación, y por tanto la eliminación de toxinas e impurezas
Puede ayudar en problemas de insomnio a través de la relajación
Mejora el metabolismo de los órganos internos. Cómo es una sesión
Se puede usar de forma estática, o dinámica realizando maniobras de masaje, o incluso combinar ambas técnicas.
De forma estática cubre aspectos más sutiles como la estimulación de los chakras y meridianos o los puntos de energía corporales.
De forma dinámica para aspectos más físicos, como la eliminación del estrés, promover la circulación sanguínea y linfática, o la reducción del dolor muscular y articular.
Se aplica en zonas de masa muscular, evitando articulaciones y zonas de hueso prominentes: tobillos, espinillas... No obstante, la presión que se ejerce a la piedra hace que ella misma evite la zona ósea, pero es de gran ayuda en la inserciones musculares para aliviar tensiones.
La técnica de contrastes
Se pueden combinar piedras calientes y frías (estas de mármol preferiblemente, pues conservan mejor el frío) para la técnica geotermal de CONTRASTES.
Con aromaterapia la técnica de Piedras Calientes complementa bien, ya que ésta ayuda a estimular y regular los estados emocionales alterados, no solo por medio del olfato sino también y quizás en mayor medida por sus efectos terapéuticos a través de la piel llegando en segundos por el torrente sanguíneo al hipotálamo.
La técnica de contrastes va bien si hay dolor, hinchazón o inflamación en músculos y articulaciones pero solo en casos crónicos, nunca en esguinces o golpes recién hechos. Y aplicada de forma estática, no dinámica.
En principio, la técnica de contrastes es de "inmersión", es decir como baño general o parcial por inmersión alternando agua caliente y otra fría en sucesivas repeticiones, este principio es aplicable a las piedras, que provocan en la zona vasodilatación (la piedra caliente) y vasoconstricción (la piedra fría), poniendo en marcha entre las dos un efecto de bombeo, el tiempo recomendado de cada fase es de dos a tres minutos la caliente y de un minuto la fría.
También se puede hacer en casa para un codo, rodilla, tobillos o muñeca (túnel carpiano); en estos casos es mejor aplicar una toalla con hielo (nunca directo para evitar quemaduras por congelación) y una toalla humedecida con agua caliente, alternándola como se ha explicado en el párrafo anterior.
En caso de un esguince reciente no aplicar calor nunca, solo frío para provocar vasoconstricción y reducir el hematoma.
Ante cualquier duda contar siempre con el consejo del médico o fisioterapeuta.
La crioterapia (frío) disminuye el flujo sanguíneo, favoreciendo el drenaje vascular y linfático, es antiinflamatoria y ralentiza el metabolismo celular, reduce el edema y el dolor.
La termoterapia (calor) aumenta el flujo sanguíneo y favorece la llegada a las células de oxigeno y nutrientes.
La técnica de contrastes es recomendada en esguinces (después de la fase aguda), tendinintis, dolores musculares y contusiones, siendo mejor empezar y acabar con calor en proporción de 3/1 o 2/1.
Esta terapia solo para casos leves, pues si hay flebitis, úlceras varicosas, tromboflevitis o cualquier enfermedad circulatoria grave, siempre con el control del médico o fisioterapeuta.
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