Créeme o no me creas, pero aquí está (casi) todo lo que necesita saber un ser humano.
Hace un par de años en un curso de permacultura conocí a Ricardo. Richi. De pozuelo de Alarcón.
Era su primer curso. Era mi primer curso.
Instantáneamente nos hicimos amigos. Él no paraba de preguntarme. Yo no paraba de preguntarle.
Ese era el caso, yo le preguntaba sin parar a Richi y cada vez me impresionaba más sus respuestas y su manera de ver el mundo.
Y en una de esas le pregunto la gran pregunta que en mi cabeza aguardaba una valiosa respuesta y que en realidad fue aún mejor, ¿qué libros lees?
— No leo libros.
Y yo, decepcionado y medio en shock pues hasta ese momento de mi vida creía que las personas verdaderamente interesantes leían a lo bestia, le digo… ¿Cómo que no lees libros?
— No, no leo libros, no me gustan. He leído muy muy pocos libros en mi vida.
Y además me dice… Va el maestro Richi y me dice…
— Yo aprendo haciendo.
Antes de seguir, te pongo en situación y te cuento lo poco que sé de él.
Richi aprendió a ser mecánico de coches en el taller de su padre y luego se montó el suyo propio en la sierra de Madrid donde al parecer le va extraordinariamente bien pues está especializado en 4×4 y es un máquina.
Se camperizó su furgoneta de una manera que asombra sin abrir si quiera la puerta.
Diseñó y la construyó él a mano con ayuda de algunas pocas personas. Una casa de madera, de diseño, de catálogo, de dos plantas, con grandes y numerosos ventanales, de ensueño.
Diseñó y construyó la preciosa valla que rodea la casa. Una valla de piedra y hierro que cuando la ves te deja de piedra.
Unos pocos meses después de aquel curso de permacultura me mandó vídeos del bosque que estaba creando en su parcela. He visto bastantes bosques pero ese es sencillamente espectacular. Con un estanque, decenas de árboles autóctonos, frutales, aromáticas, huertos, flores, setas, riachuelos internos.
¿Sabes el Jardín del Edén? Yo tampoco. Pero debía ser algo así.
Bien. Volvamos a la historia.
Yo aprendo haciendo. —Me dice Richi—.
A ver, a ver, cuéntame eso.
Pues nada, Antonio, no es ningún secreto. Yo me obsesiono con hacer, con ponerme en movimiento. En lugar de la teoría, practico. Y si quiero teoría, veo a alguien practicándola en un vídeo de youtube. Cada acción me devuelve un error. Cada acción me aporta información valiosa.
Si tienes un clavo en tu pared y no quieres quitarlo porque te da miedo liarla y prefieres llamar a alguien que sepa, quítalo. Al quitarlo, descubrirás que ha quedado un hueco feo. Al ver el hueco, querrás taparlo y empezarás a pensar cómo. Al preguntar en la tienda te dirán que uses masilla. Al comprarla y ponerla, te darás cuenta de que queda un pegote. Al usar una espátula verás que queda mejor. Al quitar cinco clavos de tu pared y tapar cinco huecos con masilla y espátula, quedarán perfectos.
Cualquier cosa que te de miedo, salvo que te vaya a matar pues entonces tienes razones para tenerlo, ponte a hacerla inmediatamente.
Si quieres hacer una estantería para tu casa, hazla. Si quieres crear una pared de ladrillos, hazla.
Bien. Paremos aquí. Maticemos.
Quiero que verdaderamente comprendas que estas palabras no es que sean importantes, sino que son algo más. Tienen un trasfondo palpitante de vida. De posibilidades. De exploración. De crecimiento. De riqueza.
Piensa así:
La gente paga caros cursos de fotografía a profesores que no han tomado un curso de fotografía en su vida. En cambio, los profesores de fotografía han hecho decenas de miles de fotos.
Foto + foto + foto = experiencia.
La gente paga cursos de trading. De cocina. De escritura. A personas que no han hecho un curso de trading, o de cocina, o de escritura, en su vida.
En cambio sí han pasado noches en vilo comprando y vendiendo acciones.
Han cocinado miles de platos y trabajado en decenas de restaurantes.
Han escrito millones de palabras.
Y aquí viene lo más gordo.
Personas, que pagan a otras personas, para que les enseñen a emprender.
Virgensita santa llévame contigo hasta dónde hemos llegado en este planeta.
¿Quieres aprender a emprender? Pon carteles en las farolas de tu barrio explicando las fabulosas clases de inglés que das.
Si quieres que la experiencia te permee, no puedes delegar tu responsabilidad.
Cada vez que pagas un curso es posible que lo que estés haciendo es ocultar tu miedo a actuar. Puede ser que estés postponiendo el momento de enfrentarte a la frustración de un nuevo aprendizaje.
Repito, ¿quieres emprender?
Crea una tienda online.
Monta quince páginas nicho.
Alquila por seis meses el local más pequeño de tu barrio e importa de otro país algo que la gente quiera.
Y si fracasa, reponte, y otra vez. Tras cinco clavos quitados sabrás muy bien cómo poner masilla.
¿Te has preguntado alguna vez cómo es un emprendedor de éxito?
Mira a este chaval.
Es casi la única persona que sigo en instagram porque me recuerda cada vez que entro que la vida se trata de hacer y enfrentarte a lo que te da miedo para así aprender en el proceso. Que si hago, las cosas me irán bien.
Tienes que ser consciente de que cuando pagamos un curso, por lo general estamos eludiendo nuestra responsabilidad personal de aprender de manera natural y de enfrentarnos a los errores.
Pagamos un curso de inversión porque nos da miedo invertir y perder dinero, y si no perdemos dinero no podemos aprender a invertir.
Pagamos un curso de cocina porque tenemos pavor de calcinar la lasaña, y si no quemamos la lasaña 100 veces no podemos cocinar.
Pagamos un curso de escritura porque se nos para el corazón con sólo pensar en escribir y enfrentarnos a esa voz, y si no nos enfrentamos a la voz, la voz no se calla.
Pagamos aplicaciones de meditación porque necesitamos que alguien nos lleve de la mano a nuestro interior, y… en fin.
Y así no funcionan las cosas.
No. Tony Robbins no es coach.
No. Marco Polo no se hizo un curso de viajes.
No. Platón no fue a la universidad de Filosofía.
No joder no.
Escucha a Naval, él sabe lo que dice.
Building specific knowledge will feel like play to you but will look like work to others.
When specific knowledge is taught, its through apprenticeships, not schools.
Arm yourself with specific knowledge, accountability, and leverage.
Specific knowledge is knowledge that you cannot be trained for. If society can train you, it can train someone else, and replace you.
Specific knowledge is found by pursuing your genuine curiosity and passion rather than whatever is hot right now.
Cada poco tiempo alguien me pregunta, ¿has estudiado filosofía?
No. Observo.
¿Eres psicólogo no?
No. Medito.
Ahora sé, desde que conozco a Richi y me fijo en lo que hace Pepe, que los que crecemos más rápido lo hacemos porque quitamos clavos más rápido y vemos un agujero a tapar.
No hay más misterio.
Es lo más bonito, es recobrar el placer de hacer las cosas por uno mismo, es exponerte tú a ti, es vivir con una vida en propiedad y no con una en el metaverso y de alquiler.
Hay personas que ni leen ni hacen, y eso simplemente es triste y bueno, Netflix y los fabricantes de risketos también tienen que comer. Hay personas que leen, y es interesante. Hay personas que hacen, y es grandioso, y luego hay personas que hacen, hacen, hacen, y de vez en cuando si les queda tiempo leen el conocimiento arrojado tras la práctica continuada de otras personas que hacen, y eso ya… es lo óptimo, es el camino a seguir, es el camino que yo elegí.
Y hablando de hacer, he creado un manual donde recopilo lo más valioso que he aprendido en mi vida.
Quizás te aporte algo en tu camino en la parte de leer.
Y hablando de leer…
Pero tienes que saber en realidad lo más valioso que nos puede aportar un libro, un curso o un seminario, es el hecho de recordarnos que podemos, que es lícito, que es deseable, y posible, actuar por nosotros mismos. Pasar a la acción. Por eso, si este manual te sirve para recordarte lo que ya podías hacer antes de leerlo, habrá cumplido con creces su cometido.
Capítulo 7. Dinero sano y fuerte. Reglas para crear proyectos, generar ingresos e invertir lo ganado.
Apartado 7.3. Inversión.
Y ahora, como dice Ángel Alegre…
SAL AHÍ FUERA Y HAZ ALGO QUE MEREZCA LA PENA.