¿Sabías que tu respiración influye sobre la salud de tu espalda y de tu suelo pélvico? Pues este es la segunda parte de una serie de ejercicios que te explicamos para liberar tu respiración. Te enseñaremos a cuidar tu respiración para así cuidar la salud de tu espalda y suelo pélvico.
Ejercicios de liberación de respiración: cómo comenzar
En un vídeo anterior te enseñamos que antes de realizar los ejercicios de respiración debemos de analizar cómo es el hábito al respirar boca arriba. Una vez internalizado, es cuando podemos pasar a realizar ejercicios de movilización de la presión hacia el abdomen y hacia la parte superior de las vías respiratorias. De allí, se pasa a un ejercicio en donde el aire de la respiración se pasa hacia los costados.
Ejercicios para liberar la respiración: segunda tanda de ejercicios
Para ayudarnos a percibir cómo se expande nuestro diámetro anteroposterior, para un primer ejercicio de esta segunda tanda debes de colocar una mano por delante de tu cuerpo y otra por detrás, apoyándote boca arriba sobre una superficie. Una vez alcanzada esta posición lleva tu aire hacia las manos, sintiendo cómo percibes el llevar el aire a estas zonas y cuál de todas las zonas que trabajamos es la más sencilla para ti.
Para un segundo ejercicio, saca las manos de donde están y colócalas a los lados de tu cuerpo. Siente cómo es tu respiración y qué distinto se siente sin los apoyos. Busca la diferencia entre los apoyos de la primera tanda, el que te explicamos anteriormente y sin los apoyos.
En el tercer ejercicio coloca una de tus manos entre las clavículas, en el extremo superior del esternón; mientras que la otra la colocas entre el pubis y el ombligo, sobre tu vientre. Si lo necesitas coloca algún tipo de apoyo bajo tu codo (esto disminuye la tensión de los brazos). De nuevo ingresa aire, pero esta vez llevándolo hacia la ubicación de las manos. Ve si te es más cómodo que los ejercicios anteriores, y cómo puedes ir coordinando la respiración para meter el aire al mismo tiempo en ambas zonas.
De nuevo y, como un cuarto ejercicio, saca las manos de donde están colocadas y ponlas a los lados de tu cuerpo. Siente cómo es tu respiración ésta vez, y qué distinto se siente sin los apoyos en el esternón y el vientre, buscando diferencias.
Finalmente, llega el quinto ejercicio, donde necesitamos que dobles las piernas y apoyes los talones en la superficie de apoyo. Ingresa aire en tu vía respiratoria y observa qué sucede con tu abdomen cuando el aire sale. ¿Se contrae o se relaja? Si se contrae es porque estás haciendo algo mal: la salida del aire es un mecanismo pasivo que se produce gracias a la elasticidad de nuestros tejidos, no debe representar un trabajo para los músculos el sacar el aire de la vía respiratoria. Para cambiar esto, deja que tu abdomen se encuentre relajado cuando expires. Luego de varias respiraciones extiende las piernas de nuevo sobre la superficie y observa los cambios.
No olvides ver la primera parte de esta serie de vídeos para aprender otros ejercicios de liberación de la respiración.
Maria del Mar Sánchez González
19/04/2017