El linfedema consiste en la hinchazón de los tejidos blandos a causa de la acumulación de líquidos. Esto se origina porque la linfa no drena adecuadamente y trae diferentes molestias. La linfa hace un recorrido que va desde los tejidos hacia el sistema venoso por el sistema linfático y luego vuelve a través de las venas subclavias.
Existen distintos pacientes con propensión a sufrir linfedema. Entre ellos, los que han atravesado la extracción de un ganglio de la axila o la ingle por cáncer, o aquellos que han pasado por sesiones de radioterapia y desarrollan la denominada esclerosis ganglionar. Este es el grupo de mayores riesgos de sufrir linfedema de acuerdo a los estudios médicos.
Los linfedemas se categorizan en dos grupos: el linfedema primaria que aparece sin causa aparente, es congénito y obstruye el normal funcionamiento de las vías linfáticas; y el linfedema secundario, que aparece por alguna modificación en el sistema linfático a causa de una operación quirúrgica, infección o traumatismo severo.
¿Qué es el sistema linfático?
Si hubiera que definirlo en términos sencillos, sería algo así como el sistema subterráneo de alcantarillas de nuestro organismo. Posee millones de vasos, pero carece de un motor como el corazón del sistema sanguíneo que mantiene siempre la sangre en movimiento. Por eso, si la linfa no se mueve de manera correcta, comienzan las dolencias.
El movimiento habitual de la linfa se realiza con la respiración, al caminar, gracias a la actividad de los intestinos y por acción de los músculos. Al tensar los músculos, los vasos linfáticos se aprietan, empujan la linfa y se va filtrando a través de los ganglios linfáticos en su camino de regreso al sistema circulatorio. La clave de la fisioterapia vascular en el tratamiento del linfedema consiste en mantener la linfa en movimiento de manera eficiente. Los tres mecanismos de manipulación corporal para mover la linfa son:
Estimulación del punto de reflejo.
Tracción axilar.
Ordeñe de la linfa.
Cada una de estas técnicas puede ayudar a recuperar el correcto funcionamiento del sistema linfático. El punto de reflejo se encuentra en la parte inferior del esternón. Frotar esta zona por aproximadamente dos minutos ayuda a activar y realizar el drenaje linfático.
El segundo caso, el del ordeñe de la linfa, consiste en una serie de masajes que va llevando la linfa hacia el corazón. Ayuda en casos de congestión nasal o dolor de garganta. Esta serie de masajes también alivia dolores de cabeza o tensión en la zona superior de la espalda e inferior de la cabeza.
Por último, la tracción axilar consiste en ejercer presión debajo de las axilas y hacia la cabeza. El fisioterapeuta realiza estos ejercicios un par de veces para ayudar a activar el drenaje linfático.
Estas son algunas consideraciones de la fisioterapia vascular que ayudan a los pacientes a recuperar la salud y a volver a tener un sistema linfático de correcto funcionamiento frente al estrés y otras complicaciones que pueden surgir en nuestra salud.