Quedarse sin aliento es algo habitual y una respuesta natural cuando nuestro cuerpo necesita más oxígeno y energía tras realizar una actividad que requiere un esfuerzo físico. Cuando corremos para coger el bus o subimos las escaleras rápido es normal quedarnos sin aliento.
Esto es una reacción positiva y parte de lo que implica mantenernos en forma. Pero no siempre es así. Hay personas que se quedan sin aliento aunque no realicen un esfuerzo físico. De forma inesperada, les resulta difícil o incómodo respirar.
Falta de aire, angustia, ahogo, dificultad para respirar, etc., son algunos de los términos con los que suelen expresarse las personas que sufren disnea, en función de su condición individual, social y cultural.
La definen como la sensación incómoda de no tener suficiente aire para respirar. Esta variedad en la definición de lo que suele sentirse responde a una sensación subjetiva que define sensaciones distintas y de intensidad variable.
Además de sentirnos como si no pudiéramos tomar suficiente aire, los síntomas de la disnea, según la revista American Family Physician, pueden incluir:
Si la respiración se complica sin una razón obvia, puede ser un signo de un problema médico más grave. Debe prestarse atención si es persistente mientras estamos sentados, interfiere con nuestras actividades diarias y se combina con dolor en el pecho o este se extiende a los brazos, cuello, mandíbula o espalda o mareos o confusión.
La dificultad para respirar, o disnea, tiene muchas causas distintas. Las más comunes incluyen un resfriado, una infección en el pecho, sobrepeso o fumar, incluso también puede ser una señal de un ataque de pánico.
Pero si recuperar el aliento nos cuesta, puede indicar la presencia de un problema de salud subyacente, como una enfermedad respiratoria, alergias u obesidad. Puede ser un signo de algo más grave, como:
En la mayoría de los casos, la dificultad para respirar se puede controlar con medicamentos, técnicas de respiración y ejercicio adecuados.
Existe una herramienta que suele usarse para medir la disnea. Se trata de la escala de disnea del Medical Research Council (MRC), que muestra lo que impide hacer la falta de aire. Incluye cinco etapas, del uno al cinco, y se aplica junto con el cuestionario para establecer los grados clínicos de disnea.
Las recomendaciones de prevención se basan en la causa de la afección. El médico puede sugerir técnicas o cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable y ejercicio regular, que pueden ayudar a controlar la aparición de disnea.
Es importante también dejar de fumar si es el caso porque el tabaco puede empeorar los síntomas o causar complicaciones por cualquier enfermedad pulmonar subyacente. También es importante evitar la exposición a contaminantes o cualquier desencadenante de alergia conocido para reducir los síntomas, reconoce la Asociación Americana del Pulmón.
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Original:Disnea, o cuando te falta el aire: qué es y qué síntomas tiene
Tags: bienestar