Si ya practicabas deporte podrás seguir haciéndolo con precaución y siempre que sea de bajo impacto para no sufrir ningún riesgo. Sin duda el segundo trimestre es el mejor momento para seguir con tu rutina deportiva, ya que en primero siempre hay más riesgo de aborto y en el último trimestre te sentirás más pesada y cansada.
¿En qué situaciones no practicar deporte?
Abortos previos, al menos hasta el cuarto mes
Embarazos múltiples: el tamaño de la barriga impide la realización de algunos ejercicios
Ruptura prematura de membrana
Problemas cardiovasculares: durante el embarazo disminuye la presión arterial, aumenta el gasto cardiaco…
Ejercicios seguros en el embarazo:
Son deportes de bajo impacto que puede realizar todo tipo de personas, de poco esfuerzo y con riesgo nulo de accidentes.
Andar: para las embarazadas diabéticas hay que andar una hora todos los días. Si no dispones de tiempo puedes dividirlo y caminar cuando te sea posible, pero no sirve el tiempo que utilizas para ir a la compra, ir a guardería o colegio, ya que haces pausas. Este ejercicio favorece la posición del feto en cefálica.
Natación: incrementa la resistencia, favorece la respiración y tonificas músculos. Aconsejable natación de espalda, evita la “braza” y “crol” ya que es más complicado y cansa más.
Yoga o pilates: relaja cuerpo y mente, aumenta la flexibilidad y resistencia. Si ya estás en un gimnasio el monitor te puede indicar qué ejercicios puedes realizar, ya que los ejercicios que se realizan sobre la espalda o sobre el estómago pueden causarte alguna lesión. Hay cursos destinados exclusivamente para embarazadas, incluso adaptados al estado de gestación.
Deportes de riesgo:
Son los deportes con nivel de exigencia física y con alta probabilidad de sufrir alguna lesión que ponga en riesgo la salud de la embarazada y del bebé.
Deportes intensos, de tipo aeróbico como correr, montar en bicicleta (ya sea de relax o tipo spinning), steep, levantamiento de pesas, abdominales.
Deportes de traumatismo: son deportes de contacto donde hay riesgo de caídas y golpes como baloncesto, balonmano, fútbol, jugar al tenis, judo, boxeo…
Deportes de alto riesgo de caída o accidente: esquiar, alpinismo, surf, parapente, paracaidismo, escalada y patinaje.
Deportes de agua como submarinismo, ya que puede afectar al desarrollo del bebé la utilización de dióxido de carbono.
¿Cuáles son los beneficios?
La práctica deportiva en la mujer embarazada aumenta el bienestar psicológico y físico, aumenta la seguridad emocional, autoestima y se refuerza la musculatura pélvica.
Disminuye las molestias del embarazo: fatiga, estrés, insomnio, dolor lumbar, calambres.
El ejercicio te mantendrá activa y con más energía, por tanto mejora la circulación sanguínea, resistencia y capacidad pulmonar, favorece el tránsito intestinal y aumenta las defensas inmunológicas.
Además que previene el exceso de peso en el embarazo y favorece el parto también hay beneficios para el feto ya que reduce la tasa de grasa corporal del recién nacido y aumenta la salud del sistema cardiovascular.
Y para ponerte en marcha, unas recomendaciones:
Utiliza ropa cómoda y holgada con adecuado calzado (no uses tacones).
Evita las temperaturas elevadas o de mucha humedad.
Durante la gestación disminuye la resistencia. Si no practicabas antes deporte no debes forzarte, ya que puede ser perjudicial. Debes parar si estás cansada o mareada.
Debes comer 30 minutos antes y siempre llevar tu botella de agua para hidratarte. Que no te falte los caramelos por si te sientes mareada.
En todo ejercicio hay que calentar y estirar.
Evita ejercicios que estés apoyada sobre la espalda, ya que disminuye el riego hacia el útero.
Si no tienes pulsómetro utiliza la “técnica de hablar” para medir la intensidad del entrenamiento. Si te cuesta mantener una conversación haciendo ejercicio baja el ritmo.
Síntomas de alerta:
Durante el ejercicio es normal que estés cansada, pero si notas cualquiera de los siguientes síntomas interrumpe el ejercicio y consulta con el médico.
Fatiga excesiva, palpitaciones o dolor en el pecho
Dolor abdominal, en pelvis, muslos, pubis.
Mareos
Sangrado vaginal, pérdida de líquido, sospecha de rotura de bolsa.
Contracciones seguidas, más de 6 a la hora.
Disminución del movimiento del bebé, sobre todo si ya en reposo, en casa, no lo sientes (que es cuando más activos están).
Ejercicio y contracciones.
Como síntoma personal puedo decir que en el último trimestre ya me costaba hacer ejercicio, en mi caso andar, porque tenía contracciones. No está demostrado que el ejercicio desate las contracciones uterinas, pero si aumenta la concentración de las hormonas en la sangre y estimulan el útero. Si te pasa lo único que debes hacer es descansar y si te quedan ganas volver a la práctica. Y atenta si son muy seguidas porque según el estado de gestación podrías tener un parto prematuro.
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