¿Te he dicho ya que estoy enamorada del curso SelfCoaching? Pero no tanto por el curso en sí (que también, es muy completo), sino sobre todo por las personas que lo componen. Porque SelfCoaching es algo más que el curso, es toda la energía de personas que estamos dentro.
Es como si se creara un espacio libre de juicios donde cada persona expone su situación, sus dilemas, dudas, miedos... O simplemente cuenta cómo se siente, pide apoyo y consejos a los demás.
Y lo mejor es que este grupo SelfCoaching está sacando lo mejor de mí misma. A veces me sorprendo con respuestas tan creativas, tan sencillas y a la vez profundas que nacen de mí y de otros compañeros, personas auténticas, sensibles y bellas que están descubriendo la sabiduría universal que llevan dentro. De esto va el post de hoy, de lo que nace en este grupo.
Cómo subir mi autoestima a través del perdón
Muchos necesitamos aumentar la autoestima, simplemente porque nadie nos enseñó a amarnos. Y el perdón es el primer paso, porque sólo podemos amar u odiar a los demás en la medida en la que nos amamos o nos odiamos a nosotros mismos...
¿Qué es la Autoestima? Literalmente amor, aprecio, estima a mí misma. Si te fijas la palabra amor está implícita en esta palabra.
¿Y qué es Amor? Me refiero al Amor con mayúsculas. Al Amor de verdad. Al Amor universal. Pues ni más ni menos que Todo..
Al final todo es amor y la manera más potente de desarrollarlo es amándonos incondicionalmente, sin culpas, sin rencores, aceptándonos tal como somos en la totalidad de nuestro ser.
Amarte incondicionalmente... Si de detienes a pensar en qué es incondicionalmente descubrirás que es algo tan claro como sin condiciones. Es decir: no pongo condición de que sea guapa, lista, exitosa, buena, ingeniosa, divertida, fuerte... No. Simplemente amarte. Amarte aquí y ahora. Amarte tal cual eres.
Te invito a ver este nuevo vídeo con mi Reflexión sobre la Autoestima que forma parte de la serie de vídeos La Pregunta de la Semana:
Amarte sin condiciones es una decisión que sólo depende de ti
Lo primero para amarte sin condiciones es desearlo: desear amarte, esa es la clave. Permitirte. Permitirte amarte ahora.
Por eso quiero preguntarte con sinceridad: ¿estás dispuesta a amarte ahora? No sigas leyendo por favor. Detente aquí. Si quieres cierra los ojos y pregúntate por dentro: ¿Estoy dispuesta a amarme totalmente, tal como soy ahora mismo? Si la respuesta no te llega, no lo fuerces. Quédate un rato con esta pregunta y simplemente siente tu cuerpo. Es probable que sientas alguna incomodidad en tu cuerpo. Yo estoy haciendo ahora el ejercicio mientras escribo esto... y noto como una urgencia de salir de ese estado en mi cuerpo, como si no tuviera tiempo de amarme a mí misma, dedicármelo a mí. ¿Te ha pasado también?
Cuando no tienes tiempo para amarte
En la época de prisas, estrés, tecnología, Facebook y globalización en la que estamos viviendo, parece que todo llama nuestra atención, todos nos reclaman: personas, anuncios, productos... Y no sólo: también los hijos, los padres, los suegros a los que cuidar. O tienes hijos pequeños y te reclaman o son adolescentes y debes preocuparte por ellos cuando salen, o son tus padres o suegros ya mayores. Si no es éste el caso, puede que sea tu pareja o tu trabajo, tu jefe, tus compañeros, tus amigas...
¿Y dónde quedas tú? Si te pones en el último lugar, ¿acaso esto es vida? Yo ya pasé por esto. Durante años me volqué en hacer más fácil la vida a mis padres y mis hermanas, olvidándome de mis sueños, de mis aspiraciones, creyendo que era poco importante en realidad, que lo único que importaba era que el resto estuviera bien.
Ahora mi vida ya ha cambiado, desde hace años, desde que inicié este camino de crecimiento personal y espiritual. Pero sigo sintiendo la urgencia de hacer otras cosas y muy a menudo de olvido de mí, de amarme tal como soy, en este momento.
Visualización para empezar a amarte aquí y ahora
Si te ha resonado lo que acabo de contarte, créeme somos muchos los que estamos así. Y de ahí parten la mayoría de nuestros problemas: no saber qué quieres hacer en la vida, cuál es tu propósito, tu pasión, sentirte poco merecedora, insuficiente, incapaz, impostora, fraude...
Todo se junta y todo tiene una misma raíz: no tienes tiempo para amarte, no crees que mereces amarte.
Por eso si te has hecho consciente de ello, te invito a hacer este pequeño ejercicio (lo simple es lo más poderoso y lo que a su vez más nos cuenta, ¡qué paradoja, verdad!)
Visualización sencilla para conectar con tu Amor Interior
Cierra los ojos. Tomar al menos 3 respiraciones profundas (4 segundos inhalando y 4 exhalando) y empieza a sentir cómo la energía del amor te envuelve.
Si eres una persona visual, imagina un aire de color que te gusta (dorado, rosa, blanco, verde, azul... el que sientas). Si eres más auditiva, puede que oigas una melodía o un sonido o simplemente te repitas palabras de amor como por ejemplo me amo, soy Amor, soy Vida. Si eres más sensorial, te puede ayudar sentir la respiración sin más, observar en qué parte del cuerpo notas esa energía del amor (garganta, cabeza, pecho, estómago...)
Si quieres saber si eres visual, auditiva o sensorial, te sugiero realizar este sencillo test de la PNL.
Eso sí: sinceridad total contigo, compromiso total de amarte. Ese compromiso que muchas veces tenemos con nuestra pareja debe ser en primer lugar con nosotros.
Líbrate de la culpa para empezar a amarte
Muchas veces nos olvidamos de que para amarnos primero, debemos aceptarnos como somos. ¿Pero cómo vas a aceptarte si hay algo que no te perdonas?
La culpa está muy presente en nuestras vidas. Nunca olvidaré el día que visité por primera vez El Escorial y echándole un vistazo rápido a la iglesia por dentro, mientras se estaba realizando una misa, oí al cura pronunciar estas palabras: ¡Por mi culpa, por mi gran culpa!.
No era la primera vez que asistía a una misa (aunque no sea religiosa, respeto profundamente cualquier religión, he asistido a bodas, bautizos y alguna misa, acompañando a amigos y familiares), pero esta vez esas palabras me resultaron muy chocantes.
¿O sea que debo admitir que tengo no se sabe qué gran culpa?
Imagínate ya lo duro que es vivir con tu culpa personal: algo que no te perdonas, algo de lo que te arrepientes, cualquier error del pasado, etc. Algunos alumnos o clientes de coaching me comparten que lo que más les duele es no haber tenido un buen trato con sus seres queridos y ahora que ya no están vivos, no pueden pedirles perdón y viven con esa culpa por dentro.
Es doloroso, muy doloroso. Pero si nos vamos a una postura más abierta, más amplia, más consciente, y aquí ya me refiero a la Conciencia Universal y al Amor Universal, en realidad, no existe ni tiempo ni espacio ni separación ni personas a las que perdonar ni culpar.
Por eso aunque no hayas dado las gracias entonces o no hayas pedido perdón en su momento, puedes hacerlo hoy, porque para el Alma y el Ser no existe tiempo ni muerte ni separación.
Tu madre, tu padre, tus abuelos están contigo, son parte de ti. Al perdonarte a ti misma, al amarte y aceptarte, también los liberas a ellos. Suena un poco metafísico, pero somos la misma Conciencia Universal. Partiendo de ahí, si te amas, los amas. Si te desprecias, los desprecias.
Por eso si quieres hacer algo bueno por todos ellos, si quieres reconciliarte con tu pasado, no te queda más remedio que reconciliarte contigo misma. Sólo así estarás en paz.
El perdón empieza por uno mismo. Al perdonarte, perdonas a los demás. Al amarte, amas a los demás. ¿No te parece mágico? Si piensas que tú y los demás sois lo mismo, ya no tienes que hacer nada fuera. O como decía Gandhi y otros grandes pensadores de todos los tiempos: sé el cambio que quieres ver en el mundo. Es mucho más fácil vivir así, incluso si sólo lo consideras desde el punto de vista práctico. Ya no necesitas que tu marido cambie, que tus hijos se porten bien, que tus padres se valgan por sí mismos para que tú seas feliz. Tu felicidad ya no depende de ellos. Sólo depende de ti.
Deja de maltratarte y toma la decisión de amarte
Y ahora te comparto este otro descubrimiento que hice un día mientras me estaba duchando. Es algo profundo y fuerte y puede que no te guste, pero lo sentí con tanta claridad que no pude dejar de pensar en ello.
Siguiendo con el tema de la culpa, muchas personas nos culpamos por algo que hemos hecho mal en el pasado. Y eso no nos deja avanzar. Es el rencor retenido contra nosotros. Es el miedo a que no nos acepten, nos rechacen, nos ignoren. Es la sensación de que no merecemos ser felices, no merecemos el amor, la plenitud, la abundancia. Nos autoimponemos un castigo invisible y severo.
El otro día de repente comprendí algo muy duro: la mayoría rechazamos la violencia externa, pero aplicamos la violencia interna contra nosotros mismos. No, no eres simplemente tu enemigo (enemigo es casi un eufemismo), no es que te juzgas duramente o te hablas mal, es algo mucho más fuerte: estás empleando el maltrato contra ti, te estás literalmente maltratando.
¿Te parece horrible e inadmisible la violencia de otros, las guerras, las injusticias, el maltrato físico o psíquico...? Perdona, pero si te hablas con violencia, si te maltratas por dentro, si te insultas o te menosprecias día tras día no eres mucho mejor que personas violentas o maltratadores. Si rechazas la guerra, pero creas y potencias tu guerra interna, no eres mejor que los "malos". Da igual a quién hagas daño: el daño es el mismo, es maltrato, es sufrimiento, es violencia.
¿Qué tal ahora si cada vez que te miras al espejo y te dices que eres fea, que no sirves para nada, que nadie te va a querer, que eres mala, despreciable, estúpida, culpable... te comparas con el maltratador de turno, qué tal si te dices que esto es bulling, que esto es asesinar el amor que hay en ti? Si lo rechazas fuera, ¿cómo es posible que lo aceptes dentro?
Duele pensar así. Pero es lo que hay. Es casi hipocresía denunciar horrores y guerras fuera, cuando tú mismo creas un horror y una guerra dentro. Como es dentro, es fuera. Ley Universal. Y ahora me gustaría que nos contaras en los comentarios: ¿te cuesta perdonar a alguien o a ti misma?, ¿te cuesta amarte?
Si es así, vuelve a hacerte la gran pregunta: ¿quién es responsable de que yo me ame? Si la respuesta es yo, entonces pregúntate a ti misma: ¿qué puedo hacer hoy para amarme más?
Cierra los ojos, hazte la pregunta de nuevo: ¿Qué puedo hacer ahora para amarme de verdad? Y escucha a tu cuerpo. Respira. Puede que afloren cosas muy simples, muy pequeñas. Empieza por ellas.
¿Tal vez dejar lo que estás haciendo y dar un paseo? ¿Quizás dejar te hablarte mal? ¿Decirte simplemente perdona, te quiero a ti misma? Yo ya me he hartado de mí misma. Yo ya no quiero seguir así. Desde hoy empezaré a crear amor interno, porque si quiero un mundo bello, amoroso, generoso y abundante, soy yo quien tiene que sentirse bella, amorosa, generosa y abundante. No hay otra opción.
Por cierto, si quieres unirte a SelfCoaching, hay personas que acaban de empezar este año, así que estás a tiempo de transformar tu vida. En pocas semanas varios participantes han notado cambios increíbles... Se han empezado a perdonar, han comenzado a hablarse de una manera positiva, algunas personas hasta han apostado por sus sueños dejando trabajos que no les satisfacían o empezando a estudiar algo que les apasiona.
Se trata de casi un año de acompañamiento grupal, de una experiencia real más que un curso (de hecho no esperes que sea un curso formal típico, porque la experiencia la creas tú) y todo esto dentro de un grupo cuya energía se contagia y saca lo mejor de ti. Para mí ha sido un verdadero regalo y cada día lo sigue siendo más.