Yo, de hecho, estudié mi especialidad con el italiano Giorgio Nardone, el máximo especialista en este campo. Allí pude estudiar unos cien casos de este trastorno. Después, he tratado montones y montones.
Al trastorno por ataques de pánico también se le llama “miedo al miedo” y creo que esta es la mejor definición porque lo que le sucede a la persona y es que desarrolla una extrema sensibilidad a determinados síntomas asociados al miedo: palpitaciones, sofoco, sensación de ahogo, mareos, vértigo… y, sobre todo, mucha ansiedad asociada a sus concomitantes pensamientos: “me voy a morir”, “me voy a volver loco”, “voy a perder el control y hacer una burrada”…
Yo siempre les digo a mis pacientes que el día que ya no le tengan miedo al miedo, ese día estarán curados. Ése es el proceso que hacemos en la terapia. Le enseñamos a la persona a perderle miedo a los síntomas. Entonces, la persona deja de tenerlos para siempre.
Es muy importante que la gente que tenga este problema vaya al psicólogo porque es un tema bastante fácil de curar para nosotros y, sin embargo, de dejarlo sin tratar, puede crecer hasta convertirse en una pesadilla. Muchas personas empiezan a evitar escenarios donde les podría coger el pánico y cada vez se encierran más en un mundo reducido. Al mismo tiempo, el problema crece y los síntomas se hacen más duros. Es como una espiral negativa.
Si tenéis dudas sobre el tema, preguntadme a través de los comentarios del blog e intentaré resolverlas todas. Un abrazo.
Rafael
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