Una de las grandes características que definen a esta nueva era, se halla en el campo de la estética: en la actualidad, la belleza ha dejado de ser un capital inicial y se ha transformado, tecnología de por medio, en un estado capaz de ser alcanzado por casi cualquier sujeto. En efecto, hoy la belleza también se construye. Por ejemplo: la mastopexia, operación del busto.
Así, la mujer, y también el hombre, pueden edificar su propio “yo-estético” de acuerdo a un modelo. Pero es justo aclarar algo: avanza la tecnología y, de acuerdo a eso, también debe evolucionar la mentalidad del individuo; éste debe entender las diferencias entre lo que llamamos “uso” de las cirugías y lo que se considera “abuso” (se entiende, entonces, que el siguiente artículo se sitúa en el terreno del sano usufructo, más no en el campo de la explotación).
Cuando se trata de mujeres, y especialmente en lo que respecta a los pechos o las mamas, el sentido estético cobra aún más valor. Pero hay un error en ese pensamiento que recurrentemente asocia la idea de los pechos, con la figura del tamaño: existen otros modos de sembrar belleza en esa zona. La mastopexia, es una opción.
Mastopexia
¿De qué se trata? La mastopexia es un procedimiento quirúrgico que tiene como finalidad no solo elevar sino también mejorar la forma de las mamas (piel y glándula).
Al pasar el tiempo, por cuestiones ligadas a un desarrollo natural, el pecho, más bien las mamas femeninas, comienzan a caer y perder volumen. Este proceso, además de ser biológico, está relacionado con determinados esfuerzos como, por ejemplo, la lactancia.
En fin, justamente para corregir cualquier consecuencia de aquel tipo o simplemente para estar más a gusto con sí mismas, las mujeres tienen como herramienta la mastopexia.
Este tipo de intervención quirúrgica se debe efectuar en un quirófano, mediante la mano de un especialista y con la ayuda de una anestesia del tipo general. Puede durar 2 horas.
¿Cómo es el proceso para la mastopexia?
Aquí presentamos una breve descripción del proceso para que las mujeres interesadas puedan darse una idea de a qué serán sometidas.
1) Se efectúa un corte en el área circular consistente en la parte de piel donde, efectivamente, se recolocará el pezón. El objetivo será lograr una nueva posición más elevada y ganar firmeza.
2) El restante o excesivo tejido de la zona glandular, se elimina en la cantidad necesaria para, como se dijo, ganar en volumen (tomar forma).
3) Tras haber retirado los tejidos sobrantes, se reposiciona la piel (se pliega y levanta para darle nueva forma a la mama) y se efectúa el cierre, como si se tratara de una bolsa. La cicatriz queda en forma vertical hasta el surco.
Como podemos apreciar, se trata de una intervención que, si bien no presenta un post-operatorio peligroso, sí debe ser tomada con seriedad. En la actualidad, cada vez son más las mujeres que se inclinan, no por el agrandamiento del busto, sino por la mastopexia.