Presidenta de la Asociación Estatal de profesionales de la Sexología
"La educación sexual debería estar presente desde la etapa infantil" aspecto fundamental de nuestras vidas, que va íntimamente ligado a nuestra salud, tanto física como mental, y a la forma que tenemos de sentirnos con nosotros mismos y de relacionarnos con los demás. Teniendo todo esto en cuenta, se hace más que necesaria una verdadera educación sexual para canalizar la excesiva cantidad de información sobre sexo que hay actualmente en nuestra sociedad, y poder así, deshacer los mitos y tabúes que este tema siempre encierra. La sexóloga Ana Fernández Alonso, hace un breve balance de esta situación.
Pregunta: ?Por qué es tan importante la educación sexual?
Respuesta: Porque todos y todas somos personas sexuadas y nuestra sexualidad va a determinar nuestras vivencias desde que nacemos hasta que morimos. Es la herramienta que nos ayudará a entendernos, a aceptarnos, a expresarnos, a encontrarnos y relacionarnos de manera satisfactoria con el otro o con la otra.
P: ?En qué aspectos se debería incidir más?
R: Cada momento evolutivo tiene los suyos. Desde luego, de lo que hay que huir es de pensar que sexualidad es sólo coito, porque entonces la educación sexual no tendría sentido. Se trata de una educación de los sexos, de los hombres y de las mujeres, y de todo lo que gira en torno a ambas realidades. Con sus matices homosexual y heterosexual y con las peculiaridades propias de cada cual. En este sentido, hay que hablar de relaciones, de emociones, de vivencias De cómo somos y de aprender a entendernos.
P: ?Considera que nuestro sistema educativo está lo suficientemente preparado para educar sexualmente a nuestros niños y adolescentes?
R: No lo va a estar en tanto que no cuente con los profesionales de esta disciplina, que son los sexólogos. La sexología es una disciplina que se estudia en la universidad. El que cualquier profesor tenga que hacer educación sexual sin haberla estudiado, es como pretender que cualquier profesor dé clase de matemáticas sin haber estudiado ciencias exactas. El profesorado esto ya lo va teniendo claro, son las Administraciones Educativas las que no lo entienden, o no lo quieren ver.
P: ?Cuáles son las principales carencias?
R: La principal carencia es que se piensa que cualquiera puede enseñar sobre estos aspectos por el hecho de tener sexualidad y, como decía el Doctor Amezúa eso es como pensar que "cualquiera puede ser cardiólogo porque todos tenemos corazón". Otra gran carencia es pensar que educación sexual es sólo prevenir embarazos e infecciones entre la gente joven.
Esto es sólo una pequeña parte, importante, sí, pero seguramente si se empezase mucho antes a hablarles de estos asuntos, la incidencia de esta problemática en nuestra juventud sería bastante menos significativa de lo que es ahora. Pero es necesario invertir recursos y contar con los profesionales adecuados y, hoy por hoy, salvo afortunadas experiencias puntuales, que generalmente son promovidas por algunos ayuntamientos españoles (Avilés, Gijón, Leganés, Zaragoza, por poner algunos ejemplos), no se están dando demasiados pasos en esa dirección.
P: ?A qué edades se debe empezar a enseñar sexualidad?
R: La educación sexual debería estar presente desde la etapa infantil, que es cuando los niños comienzan su escolarización. Hay muchos temas que abordar, cada edad tiene sus contenidos concretos. Aquí habría que empezar hablando de cómo son las niñas y cómo son los niños, de los diferentes tipos de relaciones, de los diversos modelos de familia, de dónde vienen los bebés... Lógicamente, estos contenidos van a ir aumentando y complicándose a medida que van creciendo, como sucede con el resto de las materias que se estudian en la escuela.
P: Y los padres, ?cuándo es el momento ideal para tratar estos temas con los hijos?
R: Desde el momento en que los niños ya saben hablar y por tanto comienzan a hacer preguntas. O incluso antes, porque todo esto está presente en muchos momentos que los bebés van viviendo: cuando sus padres nombran o no todas las partes del cuerpo, al ir enseñándoles a hablar; cuando les riñen o no por llevarse las manos a los genitales, igual que se las pueden llevar al ombligo o a la nariz; cuando manifiestan muestras de afecto entre la pareja y hacia el niño, besos, mimos, caricias. Todo esto es educación sexual y va dando forma a cómo esos niños y niñas van a vivir su sexualidad cuando sean mayores.
P: ?Qué consejos se pueden dar a los padres?
R: Que no es obligatorio hablar de estas cosas con naturalidad si no te sale. Que si existe un cierto pudor, porque nadie nos educó para ello, seamos capaces de reconocerlo ante nuestros hijos e hijas. La naturalidad no se puede forzar, es mejor asumir que te da vergüenza hablar de algo, aunque eso no quiere decir que no vayas a intentar ayudar y resolver sus dudas en la medida de tus posibilidades. Nuestros hijos lo entenderán y valorarán el esfuerzo.