La tasa de mortalidad del cáncer de mama es de aproximadamente 42,260 muertes a nivel mundial, es por esto que es esencial desarrollar un post que hable sobre las funciones de los carotenoides en el cuerpo de la mujer y cómo este ayuda a proteger el organismo femenino de esta terrible enfermedad.
Una de las principales funciones de los carotenoides, además de proteger de esta enfermedad es que también disminuyen los efectos del estrés en nuestra salud. Estas se encuentran en un numero elevado de frutas y vegetales.
Cada vez más estudios sugieren que los carotenoides reducen el riesgo de cáncer de mama.
Pero los científicos no son conscientes de la carcinogénesis cuando su función es más importante y se han realizado pocos estudios sobre la base de los subtipos de tumor de mama.
Un nuevo estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition muestra que hay una relación inversa entre la concentración de carotenoides en el plasma y pecho de riesgo de cáncer, particularmente para tumores agresivos con desenlaces fatales.
Los carotenoides son particularmente importantes para prevenir la aparición del tumor.
Los carotenoides son pigmentos naturales presentes en las frutas y vegetales amarillas, anaranjadas y rojas, en verduras de hoja verde oscuro, como: Col rizada, espinacas, zanahorias, batatas, tomates son especialmente interesantes por su elevado contenido de carotenoides.
Se han propuesto varios mecanismos para explicar el papel benéfico de los carotenoides en el cáncer de mama.
Protección de las células contra el daño del ADN.
Inducción de enzimas desintoxicantes.
Inhibición de la proliferación celular.
Cada tipo de carotenoides también tendría un papel específico:
Supresión del activador pro-carcinogenes (α-caroteno).
Estimulación de compuestos supresor (β-criptoxantina).
Papel de aves carroñeras de radicales libres (luteína y zeaxantina).
Los estudios sobre la ingesta de frutas y hortalizas particularmente sobre los carotenoides, han conducido a resultados diversos.
Los autores explican que estudios recientes muestra asociaciones inversas entre el consumo de α-caroteno, β-caroteno, luteína y zeaxantina y tumor ER (receptor de estrógeno) negativo pero no tumores ER - positivo.
En un estudio previo, habían demostrado que las mujeres con las mayores concentraciones de β-caroteno en la sangre tenían un riesgo reducido hasta en un 48% de desarrollar un tumor de mama ER-negativo.
En este nuevo estudio, los investigadores determinaron las concentraciones plasmáticas de carotenoides en las mujeres en el estudio de salud de las enfermeras en dos ocasiones: en 1989-1990, 32 826 mujeres dieron una muestra de sangre y en 2000-2002, 18 743 de estas mujeres dieron una segunda muestra de sangre.
Entre la primera colección de muestras de sangre y de junio de 2010, 2188 casos de cáncer de mama fueron diagnosticados.
Resultados: la elevada concentración total de α-caroteno, β-caroteno, licopeno y carotenoides está asociado con menor riesgo de cáncer de mama oscilando entre los valores 18 y 28%.
Las mujeres que presentaron las mayores concentraciones de β-caroteno tenían un 28% menos riesgo de padecer un cáncer de mama en comparación con las mujeres cuyos niveles eran más bajos.
La asociación inversa entre el total de carotenoides y el riesgo de cáncer de mama fue visto más de 10 años antes del diagnóstico y menos de 10 años antes del diagnóstico.
Sugiriendo, como explican los autores que los carotenoides pueden inhibir la iniciación del tumor que es compatible con los mecanismos previstos.
En particular, la transformación de carotenoides provitamina A en retinol, que regula el crecimiento celular, la diferenciación y la apoptosis, y antioxidantes que previenen el daño del ADN.
En relación con tumores ER-positivos y negativos, los autores no encontraron ninguna diferencia en las relaciones, había sin embargo pocos casos de tumores ER-negativos.
Sus resultados muestran que la relación inversa entre los carotenoides y el riesgo de cáncer de mama es más fuerte para el cáncer de mama agresivo y mortal, con una disminución del riesgo de 46% de las mujeres con las más elevadas concentraciones de carotenoides.
Medir los niveles de los carotenoides en la sangre permitiría soslayar los cuestionarios dietéticos, las imprecisiones de las bases de datos sobre la composición nutricional y tomaría en cuenta la influencia de las variaciones geográficas y estacionales en los alimentos, así como la variación individual en la absorción, señalan los autores en su artículo.
Estos resultados deberían alentar a las mujeres para aumentar el consumo de las frutas y verduras ricas en carotenoides.
[RETO=2]