El embarazo es un periodo de grandes cambios físicos, psicológicos y emocionales en la mujer y sin ninguna duda estos cambios también afectan a la vida sexual.
Existen mitos y temores relacionados con la sexualidad durante el embarazo.
A veces resulta algo incómodo, a veces se disfruta más que nunca, y en algunas ocasiones está ausente durante toda la gestación, también depende de la mujer.
Durante el embarazo, el útero va aumentando de tamaño conforme va creciendo en su interior el feto y los tejidos abdominales y del periné se van adaptando al nuevo volumen y peso uterino. De esta manera las dimensiones y sensaciones de los genitales femeninos van cambiando.
Una de las molestias más frecuentes durante el embarazo es la sensibilidad, el dolor mamario y el cambio en las secreciones vaginales que aumentan en cantidad y modifican su olor. El aumento del flujo vaginal durante el embarazo muchas veces soluciona problemas previos de lubricación o de estrechez vaginal.
También existen miedos con respecto a molestar al bebé durante una relación sexual o bien que el bebé está atento a la misma. Para romper con estas inquietudes es bueno saber que el bebé solamente siente el placer que las contracciones uterinas del orgasmo en la mujer pueden provocarle. Las respuestas del bebé, como quedarse quieto o moverse exageradamente responden a la consecuencia de los cambios hormonales relacionados con la relación sexual o las contracciones provocadas por el orgasmo.
Lo importante en esta etapa es respetar como se siente la mujer frente a la relación sexual, para que resulte placentera y no le cause angustia o estrés. Además cabe resaltar que cuando hablamos de sexo no solo hay que pensar en la penetración; las caricias, los besos, la estimulación y el sexo oral pueden resultar placenteros y una vía alternativa para disfrutar de la sexualidad en el embarazo.