La agorafobia se define como la aparición de un cuadro de ansiedad en lugares o situaciones donde escapar pueda resultar difícil. También aparece cuando la persona afectada intuye que padecerá un ataque de pánico y no dispone de ayuda para afrontar la situación.
Los temores agorafóbicos suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones características, en las que la persona que lo sufre anticipa que lo pasará mal. Alguna de estas experiencias puede ser viajar en avión, estar solo fuera de casa, estar en medio de una multitud o hacer cola para ir al cine o restaurante.
Causas de la agorafobia
Antonio Cano, miembro de la Sociedad Española Estudio Ansiedad y Estrés (SEAS), afirma que "la agorafobia es un trastorno de ansiedad que afecta más a mujeres (sobre todo con síndrome premenstrual disfórico, es decir, depresión severa, irritabilidad y tensión antes de la menstruación) que hombres".
Además también es más frecuente que la sufran personas perfeccionistas y obsesivas, estresados, fumadores, consumidores de hachis, o con antecedentes familiares con otro tipo de trastornos psicológicos.
Síntomas asociados a la agorafobia
Lo más característico es que la persona que sufre este problema trate de evitar circunstancias que le provoquen cuadros de ansiedad, como, por ejemplo, tomar un avión o unirse a una multitud.
En caso de que sea imposible evitar estas situaciones, se generará un fuerte malestar o ansiedad interna por miedo a que aparezca un ataque de pánico o síntomas similares a la angustia.
Junto al estrés y los ataques de miedo suelen estar asociados los siguientes síntomas: taquicardias, aumento de la frecuencia cardiaca; sudoración; temblores; sensación de ahogo; náuseas o molestias abdominales; mareo; sensación de irrealidad; miedo a perder el control; miedo a morir; escalofríos o sofocos.
Este trastorno lo puede padecer cualquier persona. Además, generalmente se suele iniciar a una edad temprana, disparándose en la adolescencia y alcanzando la mayor frecuencia en la década de los cuarenta, aproximadamente.
Supera la agorafobia en sólo doce sesiones
Cano explica que "en la actualidad, la terapia para estos trastornos son técnicas psicológicas basadas en la evidencia científica (de tipo cognitivo-conductual). Este tipo de terapias se centran especialmente en la psico-educación, en el papel de los sesgos cognitivos, en las anticipaciones catastróficas y en las creencias irracionales acerca de las sensaciones corporales.
El porcentaje de éxito de esta terapia es muy alto. El especialista afirma que, así mismo, "se mantienen los beneficios terapéuticos tras el tratamiento a lo largo del tiempo".
Los resultados son muy positivos: en doce sesiones de una hora, con una periodicidad semanal, se lograron alcanzar y mantener los objetivos de eliminar los ataques de pánico, disminuir la ansiedad y depresión, afrontar situaciones temidas sin sufrir estrés (viajar en transportes públicos, ir al cine) y suprimir la medicación sin sufrir recaídas.
En cualquier caso, Cano nos advierte de que "no es conveniente el uso de plantas medicinales. No son eficaces y tienen efectos secundarios serios".
Recurre a un especialista
El Servicio de información y orientación de la SEAS ayuda a cualquier persona que sufra de problemas de ansiedad y estrés. Además, es un servicio completamente gratuito. Puedes ponerte en contacto con ellos en el correo seas.cons@psi.ucm.es o en su página web.