Adelgazar en Navidad
Cenas de empresas, encuentros con amigos, reuniones de familia… cualquier excusa es buena para darnos un atracón o como poco un buen festín, y lo malo no es que nos demos un festín, lo peor es que nos damos un festín tras otro.
Antiguamente la gente carecía de muchos alimentos, la dieta diaria era muy monótona, normalmente se comía lo que de temporada daba el huerto, poca carne y pocos caprichos, es por eso que las fiestas de Navidad era una estupenda ocasión para poner un poco de alegría en la mesa, se hacían dulces, se comía los productos de la matanza, que normalmente coincidía con estas fechas, y los vecinos se regalaban entre sí lo mejor de su despensa.
Sin embargo, en la actualidad la Navidad es un plus a todas las bacanales que durante todo el año nos vamos dando.
En el mundo global y comercial que vivimos, afortunadamente, no falta de nada, comemos de todo y en todas las épocas del año, es por eso que es tan difícil crear una Navidad original en cuanto a alimentación, arremetemos con furia salvaje con la cantidad, se nos va la cabeza comprando, cocinando y llevando a la mesa, marisco, queso, jamón, carne, pescado, salsas, dulces, turrón, mazapán, postres, bombones… ¡Uffff ya no tengo ni hambre!
Mi intención no es aguaros la fiesta, sino todo lo contrario, os animo a que disfrutéis, os animo a que aprovechéis La Navidad para disfrutar de la única ocasión en la que parece que todo el mundo se pone de acuerdo para ser un poco más feliz. Lo que si me gustaría es que no acabéis con vuestras arterias ahítas de colesterol, la tensión por las nubes y la glucosa saliendo por las orejas. Para eso es necesario un mucho de sentido común y un poco de mesura:
1.- Madruga un poco y empieza tu día haciendo ejercicio, la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, en su número de octubre nos dice que hacer ejercicio por la mañana temprano reduce nuestro apetito el resto del día.
2.- Planea con antelación los eventos, evitando que te coincidan dos en el mismo día. Es muy normal que en Navidad suene más de la cuenta de forma que tengas una copiosa comida al medio día y otra para cenar. Intenta renunciar a una de ellas y si no te es posible, no te quedes toda la tarde sentado a la mesa y sal a hacer un poco de ejercicio.
3.- Ciñe tu cintura, es decir no vayas a las fiestas con ropas demasiado cómoda, ponerte ropa algo ajustada te recordará que no debes comer más de lo que necesitas.
4.- No salgas de casa con el estómago vacío, eso hará que llegues a la fiesta con mucha hambre y que te cueste mucho resistirte a los preciosos y ricos canapés y entrantes que amorosamente podrán delante de tus ojos.
5.- Haz comidas muy ligeras a base de verdura para los días intermedios entre festín y festín, de esta forma podrás compensar sanamente los excesos.
6.- Hazte amiga del agua, bebe 2 litros de agua todos los días, y sobre todo no te olvides de tomar dos vasos de agua antes de salir para la fiesta, así no llegarás con tanta sed y evitarás más fácilmente las bebidas azucaradas y alcohólicas.
7.- Se selectivo, de verdad, no puedes comer todo lo que tienes delante, habla con tus amigos y mientras tanto ojea el panorama gastronómico, hazte un pequeño estado de lugar y decide que es lo que más te gusta de todo lo que tienes ante ti. Come primero lo menos calórico para ir saciando el apetito, deja los platos más calóricos para el final, seguramente como ya no tendrás casi hambre no comerás de ellos o tomarás muy poca cantidad.
8.- Se prudente con los licores, suelen ser bebidas muy dulces y con bastante graduación lo que te hará ingerir un montón de calorías vacías innecesarias.
9.- Cuenta con las ensaladas de primer plato, si es en tu casa lo tienes fácil y si estás invitado, no pierdas la ocasión para agasajar al anfitrión con una magnífica y poco calórica ensalada, de la que debes alejarte mucho.
10.- Sobre todo no empieces la Navidad un mes antes, deja los dulces navideños para los días claves y apuesta por la fruta para el resto
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