Aunque exista la circunstancia de un cambio climático que crea fuertes ráfagas de incidencia de la energía ultravioleta y eso pueda ser perjudicial para la salud, es importante recordar que el sol es la fuente de la vida, que sus efectos directos sobre la piel nos benefician tanto desde el punto de vista de la energía y el desarrollo de la consciencia como desde el de los procesos fotosintéticos del organismo.
La luz del sol es también información. En la dimensión cuántica la luz se manifiesta, se desplaza, viaja, se combina con las diferentes formas de manifestación de la energía. La luz del sol contiene códigos que si los dejamos entrar a nuestro cuerpo se combinarán con nuestro ADN, activándolo, orientándolo y predisponiéndolo a la vida y al desarrollo del Ser.
Nunca dejes de tomar el sol, sólo ten cuidado de exponerte en horarios donde no sea demasiado fuerte, pero deja que tu piel reciba sus rayos directamente con una intención positiva en tu corazón.
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©Pablo Rego
Profesor de Yoga
Masoterapeuta holísico
Diplomado en Medicina Ayurveda