Cuando buscamos un colchón, normalmente, nos fijamos en tres aspectos: la medida, el material y la firmeza. Las dos primeras no varían a lo largo de la vida útil del colchón, pero la última si puede cambiar. Y ya no solo porque el colchón vaya perdiendo su firmeza con el paso del tiempo, sino porque también pueden cambiar las necesidades y gustos de las personas que lo utilizan.
Cuando esto ocurre, es decir, cuando por ejemplo escogemos un colchón viscoelástico, que habitualmente suele ser de firmeza media con una acogida más bien blanda tenemos dos opciones: cambiar de colchón o apostar por un topper.
Un topper o sobrecolchón es como un colchón fino de entre 5 y 10 centímetros de grosor que se coloca sobre el colchón para mejorar las cualidades del mismo. Es decir, disminuir el desgaste del colchón, protegerlo de la suciedad y otorgar un plus extra de confort a nuestro descanso.
¿Qué tipos de topper existen?
Topper de viscoelástica
La principal función de un topper viscoelástico es proporcionar las ventajas de un colchón viscoelástico sin necesidad de cambiar de colchón. Es decir, conseguir una buena postura del cuerpo durante la noche gracias al reparto de los puntos de presión, y una gran adaptabilidad.
Topper de fibra
La fibra es un material transpirable y suave que cambia la adaptabilidad del colchón consiguiendo una suavidad comparable al plumón.
Topper natural
Como su propio nombre indica, son toppers fabricados con productos naturales como la lana de camello, el algodón, el lino… ¿y qué significa eso? Que, durante las horas de sueño, conservan la temperatura, proporcionando un ambiente fresco en verano y un ambiente cálido en invierno, además de un aislamiento de ácaros y bacterias.
Ventajas de los toppers
Aumenta la firmeza del colchón
Esta es la principal ventaja del uso de un sobrecolchón. Y es que aporta un extra de confort y de calidad, ya que aumentará la densidad del colchón en unos 5 o 10 cm y mejora el soporte lumbar. Recuerda que el colchón sufre poco a poco el deterioro y deformación que produce la presión continua de nuestro cuerpo.
Incrementa la transpiración
Durante la noche nuestro cuerpo emite humedad. El uso de un sobrecolchón previene que esta humedad se filtre hasta el interior de nuestro colchón y lo dañe.
Es más higiénico
El uso de un sobrecolchón evita que bacterias, ácaros y pieles muertas entren en contacto y se acumulen en el colchón.
Pero lo más importante es que apostar por un topper ¡te ahorrará mucho dinero!