Beneficios de la amistad
1. En un desamor puedes sentirte muy solo como consecuencia de ese vacío que hay en tu interior. Sin embargo, gracias al efecto de la amistad, tienes la posibilidad de conectar con el corazón ajeno y vivir la magia de los silencios comparitdos. Silencios que curan y alivian las heridas. Porque un amigo da importancia a tu propio dolor.
2. Es muy posible que si estás pasando por un desamor no te apetezca hablar sobre ese tema con cualquier persona que te pregunta al respecto. Por esta razón, tener un amigo de confianza significa hablar de lo que quieras en la intimidad de un plan para dos. Tienes la tranquilidad de saber que todo lo que expresas queda allí en el ámbito de lo privado porque tu mejor amigo es tu gran confidente.
3. Reír y hacer bromas también es una terapia en el desamor. Y esta tarepia solo es posible cuando estás con buenos amigos que gracias a esa complicidad que os une, se crea el mejor contexto para la risa.
4. La amistad te ayuda a darte cuenta de que hay muchas cosas que cambian en tu vida. Por ejemplo, ese desamor duele. Sin embargo, hay otras muchas cosas que permanecen: la amistad. Y para superar las heridas del corazón roto tienes que agarrarte con fuerza a aquello que permanece.
5. La amistad nutre tu autoestima en una etapa en la que realmente lo necesitas. Ojalá que no te ocurra, pero para algunas personas, el desamor supone un bajón de amor propio.
6. La amistad no va a ser una solución a todos tus problemas de desamor. Y sin embargo, sí ofrece algo que es vital para aliviar el conflicto emocional: consuelo. Las palabras de un amigo, si son las acertadas, pueden darte un nuevo punto de vista.
Si estás pasando por un desamor, busca la fuerza de la amistad porque la pena de tener el corazón roto es mayor cuando vives esta circunstancia en la soledad de no tener con quién hablar. Y por suerte, actualmente, gracias a las nuevas tecnologías también puedes hacer partícipes a quienes viven lejos de tu propio sufrimiento. Si estás pasando por una situación de este tipo, no esperes a que un amigo adivine casi como por arte de magia cómo te sientes. Toma la iniciativa de abrir tu corazón para contar tu dolor con sinceridad.
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