En el posteo anterior comenzamos a desarrollar el tema de asumir riesgos y de cuándo y cuánto debes arriesgarte. En este posteo seguiremos desarrollando este interesante tema. En él encontrarás valiosas herramientas de las que podrás valerte a la hora de asumir riesgos.
Una vez que has puesto en claro tus metas, y que tienes toda la información que necesitas para tomar un riesgo. El paso siente es ponerte en marcha para alcanzar la meta que te propusiste.
¿Cuáles son los pasos a seguir para asumir riesgos y alcanzar la meta?
Visualiza como será tu vida cuando alcances tu meta
Es importante el que pienses como te sentirás al alcanzar tu meta, y cuales serán los cambios que esto producirá en tu vida. Esa visualización, y las sensaciones que la consecución de tu meta te genere. Hará que te sientas sumamente motivado.
Tienes que despojarte de los temores y centrarse en lo positivo. Las posibilidades de que las cosas salgan bien o mal son las mismas. Entonces ¿Por qué centrarte en lo negativo?
Si quieres alcanzar la meta que te propusiste, y que el tomar el riesgo sea positivo, debes tener una mente abierta y ver las oportunidades. Hay diferentes caminos para alcanzar la meta, no te cierres a ninguno de ellos.
Analiza los posibles obstáculos
Debes saber con qué tipo de obstáculos vas a lidiar en el camino. Obviamente no conocerás todos cada uno de ellos. Estos pueden ser obstáculos psicológicos como la falta de confianza, el miedo o la inseguridad. También puedes encontrar obstáculos materiales como la falta de dinero y de recursos, e incluso la falta de tiempo para desarrollar tu proyecto.
Una vez que conozcas cuales son los obstáculos principales, intenta buscar posibles soluciones. Intenta hacerlo con uno a la vez, y veras que si dedicas tiempo y esfuerzo, lograras encontrar la solución para todos tus obstáculos.
Ahora es cuando debes tomar el riesgo
Este es el preciso momento en el que debes asumir riesgos. Debes dejar de pensar, analizar y proyectar y comenzar a actuar. De lo contrario corres el riesgo de quedarte solo en las preliminares y nunca pasar al siguiente nivel.
Es positivo y productivo tener sueños, pero si uno recurre una y otra vez a ellos como tales. Estos terminan por gastarse, por desmotivarnos y por desvanecerse. Es emocionante y motivador cuando un sueño se convierte en meta. Y mucho más motivador aun es el asumir el riesgo, y comenzar a recorrer el camino que nos separa de la meta.
No importa que el paso sea grande o pequeño, lo importante es que des un paso cada día. Que esos pasos sean constantes y seguros.
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