En la actual denominación el DSM-V reconoce que los niños con trastornos del espectro autista (TEA) presentan alteraciones en el procesamiento sensorial, como hipo respuestas o hiper respuestas o interés inusual en aspectos sensoriales del entorno.
Estos síntomas suelen estar presenten en la edad temprana y causan alteraciones a nivel social, ocupacional y en varias áreas de la vida diaria del niño.
Algunas de las dificultades que presentan los niños con autismo son en el procesamiento de la información que su cerebro recibe del entorno provocando en algunas ocasiones alteraciones sensoriales como hipo respuesta e hiperrespuesta.
Esto podría estar afectando en la manera de realizar las actividades de la vida diaria,
concretamente en el área de la alimentación, viéndose afectada en una gran medida
por problemas en el procesamiento sensorial.
En diferentes revisiones de estudios se ha demostrado que entre el 46% y el 89% de
los niños con trastorno del espectro autista tienen un trastorno de alimentación
(Ledford & Gast 2006).
Las causas más destacadas en la dificultad de los trastornos de alimentación en estos
niños se deben en gran medida a la selección limitada de grupos de alimentos
introducidos en su dieta, así como a la selección de comida, es decir que presentan
menos de 15 alimentos en su dieta diaria.
Los trastornos de alimentación en personas con TEA se deben a:
hiperselectividad,
rigidez y inflexibilidad mental,
alteraciones en el procesamiento sensorial,
alteraciones oro-motoras,
posibles alteraciones gastrointestinales,
enfermedades del tipo alergias,
intolerancia,
problemas conductuales,
condicionamiento clásico negativo en torno a la comida y el comer,
dificultades en el desempeño de la actividad debido a destrezas o factores que intervienen en la misma, es decir capacidad cognitiva y física para desempeñar la misma.
Las alteraciones en la alimentación suelen estar relacionadas con la ingesta de determinados alimentos, las conductas desadaptativas que adquieren ante esta situación, el comportamiento y la conducta del niño.
El tipo de tratamiento más efectivo para intervenir en los trastornos de alimentación
en estos niños se trata del enfoque multidisciplinar.
De ésta manera se trabajan varios aspectos implicados en la vida del niño, así como la relación de diferentes profesionales que puedan estar implicados: médicos, nutricionistas, psicólogos, logopedas, fisioterapeutas, ortodoncistas, etc.
En la práctica clínica se ha observado que la intervención en entornos reales dónde se da capacidad de empoderamiento a los padres es donde mejor y más rápido mejoran los niños.
Son múltiples los problemas relacionados con la alimentación en el niño con Trastorno del Espectro Autista.
Pueden ir desde problemas en el comportamiento del niño debido a la falta de modulación sensorial o a la hiper e hipo respuesta ante ciertos estímulos que intervienen en la actividad, como problemas en el ambiente o entorno que afectan a la hora de comer.
Dentro de las competencias del Terapeuta Ocupacional se encuentran, entre otras, la
evaluación e intervención en el entorno y contexto del niño, así como el área de la
alimentación.
La evaluación de las habilidades motoras orales, en particular las que se relacionan con las habilidades de la alimentación, forman parte del dominio de terapia ocupacional, colaborando a menudo con el fonoaudiólogo.
Los terapeutas que trabajan en esta área es esencial comprender la anatomía y fisiología de la boca, la faringe y el proceso normal de la deglución.
La evaluación deberá incluir la evaluación de las estructuras orales, habilidades de deglución, sensibilidad oral, reflejos motores orales, sensibilidad oral, posicionamiento sentado, etc.
En las áreas de intervención donde va a trabajar el terapeuta ocupacional van a ser en el
comportamiento del niño, en el entorno real en el que tiene lugar la actividad alterada,
en este caso principalmente en el hogar y en el colegio.
Es recomendable comenzar con sesiones dónde se establezca el trabajo en un primer lugar
únicamente con la terapeuta para posteriormente trasladarlo al entorno natural cuando el niño este preparado.
Se intervendrá en el posicionamiento del niño, siendo este uno de los aspectos más importantes de la intervención, en el manejo en las alteraciones sensoriales si estas estuvieran presentes como influyentes de dicho problema.
Se facilitarán estrategias al niño y posteriormente a los padres, cuidadores y profesionales que trabajen con el niño.
Se le presentará el alimento al niño durante varias sesiones y se comenzara a trabajar con él paulatinamente y de manera positiva, con refuerzos positivos y haciendo el momento de la comida un momento agradable, tranquilo y divertido.
Numerosos niños presentan traumas relacionados con esta área, por lo que lo primero que habrá que hacer es intentar cambiar ese pensamiento negativo en torno a la alimentación.
CONCLUSIÓN
Como conclusión me gustaría destacar la importancia de un abordaje multidisciplinar para llevar a cabo la realización de un buen trabajo en dicho ámbito.
También es necesario trasladar el aprendizaje y generalización del niño en el ámbito real, ya que una de las dificultades de los niños con trastornos del espectro autista es la
rigidez, inflexibilidad y la dificultad que presentan para generalizar lo aprendido y
trasladarlo a otros contextos.
Veo recomendable e importante incidir en el trabajo en entorno real junto con las familias, ya que es una de las partes más importantes en el tratamiento y mejora del niño.
No debemos olvidar que los terapeutas y resto de profesionales somos meros guías,
que ayudamos a los niños y a los padres a explotar el máximo potencial para que sean
capaces de alcanzar un bienestar y equilibrio en su vida diaria.
Las partes más importantes en nuestra intervención y práctica profesional diaria son los niños y los padres. Ellos hacen el trabajo más difícil y de nosotros depende enseñarles a
visualizar un camino más fácil.
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