La gripe es una infección viral. Los medicamentos de venta libre nos ayudan a aliviar los síntomas de la gripe. Existen muchos remedios caseros y plantas medicinales que también nos ayudan a sentirnos mejor:
Tomar mucho líquido es fundamental para aliviar los síntomas de la gripe. Muchas veces, la enfermedad provoca deshidratación, que en algunos pacientes puede ser grave, como en los niños pequeños o en los ancianos.
Tomar miel y limón es muy útil para aliviar el dolor de garganta. En concreto, la miel de romero, ya que esta planta posee propiedades antinflamatorias y analgésicas.
La menta es rica en mentol, que abre las vías respiratorias, aumenta la producción de sudor, es capaz de reducir la fiebre por evaporación del calor corporal. Beba un par de infusiones con una cucharada de miel.
La infusión de sauco contiene ácido salicílico, que alivia los dolores y reduce la fiebre.
Las infusiones de ajo y cebolla nos ayudan también a sentirnos mejor. Si su sabor nos parece fuerte podemos añadir un poco de miel o infusión con menta.
El jugo de llanten mayor, en forma de jarabe, nos ayuda a expulsar la mucosidad de las vías respiratorias.
La aromaterapia es adecuada para mejorar el estado de los enfermos con gripe. El aceite esencial de eucalipto, el aceite esencial de menta, el incienso, el pino silvestre o la ravintsara son algunos de los remedios para la gripe. Podemos utilizarlos en un difusor para su difusión atmosférica o de otra forma, aplicándolos directamente sobre la piel. Existen unos aceites esenciales para uso interno. En este caso, tomamos unas gotitas de aceite esencial en una cucharadita de miel, aceite de oliva, azúcar de caña de 1 a 3 veces al día. Antes de tomar un aceite esencial consulta con el fabricante sobre la forma del uso del producto, teniendo en cuenta que algunos solamente sirven para uso externo.
Evita el tabaquismo, el consumo de alcohol, las comidas copiosas y picantes mientras estás enfermo.
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