Todos de una manera u otra postergamos o aplazamos actividades o tareas que debemos realizar. Conocer los motivos por los cuales lo hacemos y analizarlos detenidamente es la manera más sencilla de solucionar este hábito de posponer esas cosas que sabemos debemos hacer y que evitamos con las mil y un excusas que, generalmente, suenan como argumentos razonables.
Si estás buscando formas de ser más productivo y dejar de postergar o procrastinar, ¡este artículo es para tí! N.C. Kurt, autor y conferencista especializado dedicado al estudio del potencial humano, te presenta 7 razones para dejar de postergar.
7 Razones para dejar de postergar
La postergación no solo nos detiene o nos retrasa, sino que también corroe nuestra opinión de nosotros mismos. Nuestra autoestima se ve comprometida ante una falta que sabemos que estamos cometiendo y sin embargo no podemos solucionar.
¿Somos responsables de nuestras obligaciones?
¿Estamos cumpliendo o estamos eludiendo nuestras responsabilidades con la dilación?
La vida se vuelve más difícil con la dilación, debido a que la misma debilita nuestra motivación. Sin motivación cada vez son más las obligaciones sin terminar. Entramos en un círculo vicioso del cuál es muy difícil salir.
Afortunadamente existen 7 razones para dejar de aplazar las cosas y conocerlas nos ayudará a vencer la inercia que nos detiene y no nos deja actuar en el momento oportuno.
1. Descubrir nuevas habilidades
Muchas veces postergamos porque secretamente pensamos que no estamos a la altura de lo que debemos hacer. En este caso deberíamos iniciar la acción con un fin diferente, el de descubrir si no tenemos alguna habilidad oculta que facilite la tarea. Cuando descubrimos estas habilidades ocultas nos motivamos automáticamente para tomar acción, cuando antes preferíamos no hacerlo y la acción con motivación da mejores resultados.
2. Aumentar la confianza
Posponer suele suspender temporalmente los derechos de los demás. Las personas se sienten desde fastidiadas a engañadas con nuestra postergación. Si nos convertimos en personas que no dilatamos los asuntos, incrementaremos la confianza que transmitimos a los demás, lo que definitivamente traerá muchos beneficios a nuestra vida.
3. Aumentar la autoestima
Procrastinar literalmente aplasta nuestra autoestima. Cuando actuamos sin postergación nos sentimos mejor, nuestra confianza en nosotros mismos aumenta, nuestras metas comienzan a verse más cerca y los logros no tardan en llegar. Pero todo esto es posible si damos el primer paso que es entrar en acción sin dilatar.
4. Una vida más liviana y libre
Los proyectos que demoramos o prolongamos innecesariamente, no desaparecerán por arte de magia, siempre estarán ahí recordándonos nuestro error y avivando la fantasía de "qué hubiera pasado si…". Cada postergación se vuelve un peso en una bolsa imaginaria que llevamos a cuestas. Si dejamos de postergar, la vida se volverá más liviana a medida que vamos siendo personas activas y nos despojamos de la carga innecesaria.
5. Disfrutar la responsabilidad
Debido a que somos conscientes de las obligaciones no cubiertas, no podemos disfrutar plenamente de las cosas que estamos haciendo. Cuando dejamos de postergar haciéndonos responsables de nuestras obligaciones, nos encontramos disfrutando plenamente de lo que antes era una carga. Ser personas de acción nos aligera la vida.
6. Aumentar el coraje
Viajar por la autopista de la procastinación tiene un muy elevado peaje, el miedo. Siempre que postergamos sentimos temor por las consecuencias, porque en el fondo sabemos muy bien que las situaciones que se aplazan se vuelven más complejas con cada día que pasa. Cuando dejamos de postergar, enfrentamos las consecuencias de las acciones en el momento oportuno obteniendo mejores resultados lo cual termina elevando nuestro coraje.
7. Disminuir la ansiedad
La carga de mantener los proyectos en espera, suele resultarnos más pesada de lo que creíamos. Mantiene nuestra mente bajo un constante estado de ansiedad y estrés. Cuando dejamos de postergar, nos hacemos responsables de nuestros deberes, liberamos nuestra mente y alcanzamos una mayor claridad.
La dilación no deja que nuestras responsabilidades pasen, en realidad les apila y las convierte en una carga para nuestra vida, el éxito y el disfrute, afecta nuestras creencias acerca de nosotros mismos y disminuye nuestras propias habilidades para tener éxito.
Nuestro hábito de aplazar las cosas es un hueso duro de roer, pero los beneficios personales de poner fin a la dilación bien valen todo nuestro esfuerzo por cambiar.
Recordemos lo que dijo Einstein: "Si hacemos siempre las mismas cosas, obtendremos siempre los mismos resultados" Es el momento de cambiar, dejando de postergar y el cambio vale la pena.
Sobre el Autor: N.C. Kurt
N.C. Kurt es Autor y conferencista, especialista en liderazgo y crecimiento personal, dedicado al estudio del potencial humano. Cada mes capacita a centenares de líderes a través de sus libros y seminarios.
Foto Crédito: Flikr – Rennett Stowe