La ‘Declaración de Madrid del Comité Científico’ del citado encuentro menciona que la hidratación adecuada es esencial para el mantenimiento de nuestras funciones físicas y cognitivas. También determina la necesidad de beber agua y otros líquidos de forma periódica para mantener un nivel adecuado de hidratación (sin esperar a tener la sensación de sed), y constata que todos los alimentos y bebidas que contengan agua pueden ayudar a mantener una correcta hidratación.
El texto incluye como principios fundamentales la determinación de la ingesta adecuada de líquidos, los grupos de población que exigen mayor atención al respecto. Además, habla sobre lo importante de la hidratación durante la actividad física, el deporte y en el trabajo, entre otros.
La Declaración incide en la falta de conocimiento de la población en este campo y en relación a la cantidad de líquido que deben ingerir para mantener sus necesidades hídricas cubiertas (un 60% de españoles reconoce que sólo se hidrata cuando tiene sed, lo que podría significar que ya existe cierta deshidratación). Según el texto, “es imprescindible educar a la población y formarle en un estado de hidratación acorde con sus necesidades individuales, que variará en función del sexo, estado fisiológico, actividad física y deporte, condiciones ambientales y estado de salud”. A este respecto, los expertos responsables de la Declaración apuntan que la niñez y vejez son etapas de la vida en las que se debe cuidar aún más la hidratación, junto al embarazo y el periodo de lactancia. Así, en la actualidad “el 10% de las consultas médicas de urgencia en personas mayores se relaciona con problemas de deshidratación” por lo que el texto científico recomienda “vigilar y estimular la ingesta de líquidos” de los mayores, y sugiere que la diversidad de líquidos y los sabores agradables pueden contribuir a que alcancen los niveles de ingesta óptimos.
Con respecto a la actividad física y el deporte, la Declaración de Madrid insiste en la necesidad de hidratarse correctamente antes, durante y tras una intensa y prolongada actividad física, y de que ésta se realice con bebidas específicas además de con agua, cuando se trata de competiciones de larga duración.
El estado de hidratación es uno de los aspectos identificados en el documento que pueden afectar al rendimiento cognitivo. Según la Declaración de Madrid, “una pequeña deshidratación del 2% (es decir, una deshidratación que asciende al 2% del peso corporal) puede repercutir negativamente en la capacidad de atención y en el rendimiento laboral, mermando la productividad y aumentado el riesgo de accidentes”.
¿Lo sabías?