En nuestra realidad más cotidiana, dominada por las redes sociales y el postureo más o menos generalizado, solemos hablar de lo bien que nos va, de lo molones que son nuestros planes, de lo bien que nos lo pasamos a todas horas. Pero, señores, hay días en los que los planes no salen como uno espera. Esos días en los que es parece que vivamos en un lunes constante, llueve, hay atasco y estamos a final de mes. Ya sabéis. Y he dicho días por ser generosa.
La automotivación esos días es clave. Hace poco os contaba que desde que soy mi propia jefa (cosa que mola mucho la mayor parte del tiempo, pero no todo el tiempo) soy muy sensible a todos los temas de desarrollo personal e inteligencia emocional. Porque pienso que son esenciales para nuestra salud, nuestro bienestar y nuestro crecimiento personal. Para todos ¿eh? No os escaqueéis diciendo “es que yo no soy autónomo”, “yo es que sólo pasaba por aquí”, “uix que me están llamando”…
Vamos a hacer un pequeño ejercicio de retrospectiva: tienes cinco años y todavía te pesa más la cabeza que el resto del cuerpo. Te regalan una bici. Esa bici que tanto te mola. LA bici. Pero tu no tienes ni idea de cómo ir en ella, es la primera bici de tu vida y no hay manuales para aprender a pedalear. Tú, que sabes que para tus papis eres el más listo, el más guapo, el más inteligente y el más de todo que cualquiera de tu clase, te armas de valor y te lanzas sobre la bici sin ni siquiera ponerle las ruedecitas. ¡Carpe Diem! ¡Vive la vida hasta sus últimas consecuencias! Las ruedecitas son para losers y tú eres un hipster modernito de 5 añicos, “¡me debo a mis seguidores de youtube!”. ¿Desenlace de tan precipitada valentía? Ni dos metros y al suelo.
Si nos hundiéramos en la miseria en la autocompasión igual de pequeños que lo que lo hacemos de mayores, no hubiéramos aprendido ni a ir en bici, ni a leer ni a caminar. Porque sí, hay días de mierda, en los que los planes no salen bien. Y eso, que de pequeños aceptamos con total naturalidad, que hay cosas difíciles que requieren mucha constancia y mucho tesón, y que un día malo lo tiene cualquiera, y que no por eso somos menos molones, parece que de mayores se nos olvida.
Pasos a seguir para venirse arriba de nuevo después de un palazo o una decepción monumental
Permítete unos primeros instantes de cabreo. Envíalo todo a la mierda, maldice, reniega, grita y suelta todas las palabrotas que te sepas. Incluso te puedes inventar alguna nueva. Haz del pataleo un arte. Y ya. Un minuto. No más. Como esas terapias absurdas de romper jarrones chinos. O gritar en una cabina insonorizada. Vale. Suéltalo para dejarlo ir. Y ya. No te recrees en la autocompasión o te envenenes en dolor, rabia o envidia. Eso no será sano ni a corto ni a largo plazo. Suelta para no aferrarte a esos malos pensamientos ni malas vibraciones. Fuera. ¡Fú-fú!
¡Respira profundo! Has soltado mucha bilis en un minuto, tu cuerpo tiene todo de sustancias negativas y alteraciones de la fuerza. Respira y recupera el sentío, hay que alinear los chakras de nuevo.
Haz mucho deporte. Precisamente y más aún esos días en los que todo sale del revés. El deporte libera muchas sustancias de las buenas en nuestro organismo. Las endorfinas serán un bálsamo para tu cerebro machacado por tu vocecita interior.
Y hablando de la vocecita interior. Asesina a ese monstruo. Debes machacarlo, desterrarlo, mandarlo a por tabaco. Ese monstruíto que no para de repetirte que no puedes, que no vales, que los demás tienen razón. A la hoguera con él.
¿Hay algo en tu vida que te desmotiva sistemáticamente? ¿Algo que te hace sentir mal constantemente? ¿Algún vamipiro emocional? ¿Hábitos dañinos, robatiempos? ELIMÍNALOS. Hoy. Ya.
Cuando la tormenta haya pasado, al día siguiente, el fin de semana, cuando estés más tranquilo, piensa en lo que ha pasado. No antes. Antes no sirve para nada porque el monstruíto interior va a tratar de engañarte. Es necesario pensar qué hemos hecho mal, qué ha ocurrido para que tal cosa o tal otra no hayan funcionado, analizar los hechos con la máxima perspectiva y objetividad que podamos permitirnos.
Tener los objetivos muy claros. Visualízalos. Siempre dicen que “Querer es poder”, pero muchas veces lo que nos pasa es que no sabemos lo que queremos. Nos creemos que sí, pero si tuviéramos que escribirlo en un papel, no podríamos hacerlo. No hemos hecho un plan, no tenemos ni idea de hacia dónde nos dirigimos. Visualiza tus objetivos y trázate un plan.
Ármate de persistencia, determinación y constancia. Y mucha paciencia.
Mímate. Ten confianza en tí. Respétate y cuídate. Sé tu mejor amigo. No te digas a ti mismo lo que jamás le dirías a otra persona.
Rodéate de personas positivas y activas. Personas curiosas que les guste aprender, que les guste conocer, que les guste avanzar y probar cosas nuevas. ¡A ver si se nos pega algo!
¿Ya he dicho que necesitas un plan? Pues lo repito. Márcate una ruta, un mapa. Escríbelo, dibújalo, cántalo. Pero tenlo siempre presente. Hazte un póster con tus objetivos. Lo que sea. Debes saber qué tienes que meter en la maleta para el viaje, y lo que no tengas, deberás aprenderlo, delegarlo, negociarlo, etc.
Necesitamos mucha perspectiva. Nada de hoy para mañana. No se aprende a ir en bici en un día. Ni se llega a ser Beyoncé de la noche a la mañana. Yo ya llevo un tiempo practicando lo de la melena delante del ventilador…
Sé realista y muy consciente de tus capacidades. Y en este punto, si te das cuenta, ya hace unos cuantos pasos que hemos matado al monstruíto interior. Porque de nuevo intentará engañarte. Cuando traces tu plan, sé consciente de lo que puedes y no puedes hacer o hasta dónde quieres sacrificar.
Piensa en positivo. Y eso necesita práctica, porque en los días malos parece que no hay posibilidad de verle la cara brillante a la vida, ¿verdad? ¿Será que las cosas buenas ocurren por una cuestión de suerte?
Ten un plan B. Y un plan C. Y uno D. Sé una persona de recursos, adaptable, y flexible.
No sabemos por qué ocurren las cosas. Quizás los días malos están para que los días buenos lo sean aún más. Espero que hoy sea un día genial para todos.
¿Y vosotros? ¿Qué hacéis para sobrellevar los días malos? ¿Qué hacéis para superar una decepción o un proyecto que no ha salido como queríais? ¡Cuéntanos en los comentarios!
El post de ¿Y qué hacer cuando las cosas no salen como esperas? aparece primero en Lilu and Me. Todas las fotos son mías para Lilu and Me.
¿Quieres ser la primera en enterarte de todas las novedades? ¿Todavía no recibes la news? ¡Qué suerte, sólo estás a un paso!
La entrada ¿Y qué hacer cuando las cosas no salen como esperas? aparece primero en Lilu and Me.