Es rica en proteínas, grasas e hidratos de carbono complejos. Además, entre sus elementos podemos encontrar vitaminas del tipo B (B1, B2, B3, B5, B6) y del tipo E, y minerales como calcio, cinc, cobre, fósforo, hierro, magnesio, potasio y sodio. Y, por si fuera poco, es una considerable fuente de fibra.
BENEFICIOS de la AVENA
Los beneficios nutricionales de este grano son abundantes:
La avena es el cereal con mayor contenido en proteínas que hay. Las proteínas son fundamentales en la dieta de los deportistas. El papel que desenvuelven en la recuperación física y el mantenimiento de la masa muscular tras una sesión deportiva es muy significativo. Se trata de un nutriente elemental en la construcción del músculo.
Los hidratos de carbono son la fuente de energía principal del organismo para los deportistas. Cuando se realiza un ejercicio físico el cuerpo transforma los carbohidratos en glucosa y esa glucosa se utiliza como combustible; en consecuencia, cuánto mayor sea el esfuerzo realizado, mayor cantidad de hidratos de carbono se necesitan. Un consumo de carbohidratos adecuado reduce la fatiga durante el entrenamiento y favorece la recuperación muscular tras él.
Las vitaminas del grupo B son fundamentales para el adecuado metabolismo de los macronutrientes. Además, están directamente implicadas en la producción de energía al convertir los hidratos de carbono en glucosa y la glucosa, a su vez, en energía, por eso los deportistas necesitan más vitaminas de este tipo que las personas sedentarias.
El calcio, el fósforo y el magnesio contribuyen al correcto funcionamiento de los músculos. El calcio ayuda en el movimiento de los mismos, evita calambres musculares y reduce la presión arterial; el fósforo ayuda a metabolizar los carbohidratos y a sintetizar las proteínas y las grasas; y el magnesio colabora en el transporte de los nutrientes y en la transmisión de mensajes entre las células.
El potasio, que pertenece a la familia de los electrolitos, junto con el sodio, se ocupa de equilibrar el nivel de líquidos corporales, es esencial para la transmisión de los impulsos nerviosos y el mantenimiento del ritmo cardíaco y participa en el almacenamiento de los hidratos de carbono en el organismo.
Finalmente, la fibra ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en la sangre que se produce tras un esfuerzo físico.
Como ya hemos visto, nutricionalmente la avena es un alimento muy completo, por lo que no es de extrañar que sus propiedades sean considerables y diversas:
Cuida el corazón, reduciendo los niveles de colesterol y los ácidos biliares del intestino, ayudando a eliminarlos de forma natural y manteniendo sano el sistema cardiovascular.
Favorece al cerebro y al sistema nervioso en casos de insomnio, depresión, nerviosismo, debido a las vitaminas del complejo B y al magnesio.
Previene y alivia los problemas intestinales como el estreñimiento o los cólicos, gracias a su alto contenido en fibra, que facilita y mejora el tránsito intestinal.
Tiene un efecto saciante del apetito bastante prolongado a causa de la gran cantidad de hidratos de carbono complejos o de lenta absorción que contiene.
Si ya tenemos clara la importancia de incluir este cereal como parte de nuestra nutrición diaria, aún debemos hablar de cómo y cuándo podemos consumirla.
En cuanto a los mejores momentos para tomarla, no existe una respuesta única. Lo más habitual es ingerirla en el desayuno, de manera que nos proporcione la energía inicial que necesitamos para afrontar al día, aunque podemos hacerlo en cualquier otro momento del día. Sin embargo, en el caso de las personas que practican algún tipo de deporte es bastante frecuente que la tomen antes o después de una sesión de entrenamiento para proporcionar combustible a los músculos y contribuir a su posterior recuperación.
La avena se puede preparar de formas muy variadas. Se puede encontrar en copos y en harina. Así, en el desayuno podemos tomarla con un tazón de leche o con yogur como cualquier otro cereal, hervida con agua, al horno, en una tortilla, en crepes, en tortitas o en batido, preparación muy corriente y extendida entre los deportistas para poder consumirla cuando lo necesiten, independientemente del lugar en el que se encuentren. Existen múltiples posibilidades y solo dependen de la imaginación y la creatividad de cada uno.
En conclusión, si lo que queremos es llevar una dieta sana y equilibrada que esté en consonancia con una vida basada en el deporte, ya sea de forma amateur o profesional, debemos tener en cuenta la avena como un alimento esencial con múltiples beneficios y ventajas, incluyendo su gran versatilidad en cuanto a su preparación, para añadir a nuestra rutina de comidas diaria de forma regular.