Cuando yo tenía siete años, me diagnosticaron de un hipotiroidismo severo. Yo no estaba cansada, ni tenía falta de apetito, ni sobrepeso, pero sí mi mente iba más lenta de lo normal, y la cabeza me dolía horrores.
A mí me encanta leer, y leo todos los días desde que era muy pequeña, aunque solo libros de papel... son manías, ya lo sé, pero me regalaron un libro electrónico y la lectura no me apetece lo mismo, así que papel. Bueno, pues en aquella época leía mucho, mucho, mucho. Pero en los meses anteriores al diagnóstico, para leer una frase y entenderla, tenía que repetir la lectura varias veces.
Los estudios tampoco iban muy bien, y la tele me aburría, es más, en cuanto me descuidaba, ¡me quedaba dormida! Incluso durante la comida.
Mi madre me llevó a un endocrino amigo y después de unos análisis, me explicó qué era lo que me pasaba.
Poco después, y a raíz de esto y de las hemorragias nasales, me hicieron la biopsia intestinal y descubrieron que también era celíaca.
Desde entonces me tomo una pastilla, Eurtirox 100. Es la hormona que mi tiroides no produce. Mi altura es normal, mi crecimiento también... pero desde hace un tiempo, me vuelve a costar mucho concentrarme, leer me resulta imposible...
Las nuevas pruebas que han hecho en el endocrino, diagnostican un problema en el tiroides más serio del que pensábamos. Tengo Enfermedad de Riedel, mi tiroides se vuelve fibroso y vuelve también a todos los tejidos que están cerca, pudiendo derivar en algo muy grave.
La cirugía es la única cura que existe para esta enfermedad, que no se sabe muy bien porqué aparece, pero que, dentro de las enfermedades del tiroides, está considerada como muy rara.
No me da miedo, porque es mejor pensar que ahora ya sé porqué me duele tanto la cabeza. El día 24 iré a por todos los resultados, ya os contaré qué me dicen.
¡Seguimos leyéndonos!