Los 7 terrenos chanbio
El terreno N y sus características
En nutrición biológica, con frecuencia trabajamos sobre los terrenos. Para saber qué son exactamente los 7 terrenos chanbio de la nutrición ortomolecular, te aconsejo que leas este artículo donde te lo explico en detalle.
En este post concretamente vamos a ver en profundidad qué es el terreno N o neurodistónico, el cuarto de estos 7 terrenos y cómo distinguir las características y síntomas que se presentan cuando está desequilibrado así como su relación con el resto de los terrenos.
¿Qué es el terreno N neurodistónico?
Es imposible hablar de este terreno sin hablar de estrés. El estrés cumple en nuestra vida y en nuestro organismo, una función protectora y reguladora en condiciones normales. Por “condiciones normales” debemos entender hacer frente al estrés de forma puntual (o aguda) para una vez pasada la situación que lo ha provocado, volver a un estado de calma.
El principal problema de estos mecanismos de supervivencia radica en la actualidad en que, el estrés se vuelve con frecuencia algo crónico en nuestras vidas.
Cuando hablamos de estrés, nos referimos aquí a todo tipo de factores estresores: desde una mala dieta a un tratamiento médico/enfermedad, padecimientos psicológicos, emocionales o físicos. Y esto incluye todo: vida personal, laboral, social, etc.
La homeostasis del cuerpo se rompe con cada uno de estos factores cuando el episodio estresor dura demasiado tiempo, ocasionando desequilibrios a nivel de neurotransmisores, alterando los mecanismos de adaptación y por tanto propiciando el desarrollo de todo tipo de desequilibrios biológicos.
Para entender a fondo cómo funciona el estrés en nuestras vidas (y lo que hace a nuestro cuerpo si se prolonga demasiado en el tiempo), te recomiendo que leas este post acerca del “estrés crónico”.
¿Qué consecuencias trae a largo plazo el desequilibrio del terreno N?
A corto plazo el estrés positivo nos ayuda a hacer frente a las obligaciones de la vida diaria, y hasta aquí todo el proceso que conlleva es también positivo. El problema se da cuando este estado de estrés biológico se convierte en “crónico” (se sostiene a lo largo del tiempo sin tomar ninguna medida para remediarlo).
Este es el punto en el que nuestro organismo comienza a confundirlo con un estado “normal”, haciendo estragos en todos nuestros sistemas, empezando por el nervioso. Las consecuencias de esto no son otras que un desequilibrio en la producción de neurotransmisores y hormonas que desembocarán en el desarrollo de numerosos trastornos, síntomas y patologías que nos enfermarán.
En este proceso juegan un papel importante muchos factores, tanto exógenos como endógenos, el estrés crónico produce un desequilibrio bioquímico interno muy importante y a su vez los factores externos como la dieta, el entorno y el estilo de vida aumentan ese desequilibrio. Algo que con frecuencia sucede en este terreno.
Atención! el estrés crónico sin control puede acabar provocando fatiga adrenal, lee aquí abajo el post completo.
Cómo consecuencias directas de una deficiencia en la producción de neurotransmisores, encontramos síntomas y trastornos del comportamiento, cognitivos, memoria, atención, estado de ánimo y del sueño.
Rendimos menos, estamos más nerviosos, más angustiados, dormimos peor, digerimos mal y así uno a uno todos nuestros sistemas comienzan a desequilibrarse hasta llegar a un punto de inflexión si la situación se prolonga demasiado tiempo y no tomamos ninguna medida.
Neurotransmisores implicados en el desequilibrio del terreno N
Se conocen cerca de 100 sustancias definidas como neurotransmisores y cada una tiene funciones muy concretas, no obstante cuando hablamos de un desequilibrio en éstos, los más importantes a tener en cuenta son los siguientes por su importancia y la cantidad de funciones imprescindibles que conllevan en nuestro organismo.
Podemos considerar:
Acetilcolina: implicada en la memoria, concentración y capacidad de aprender. Entre algunos de sus precursores tenemos la colina o B7.
Serotonina: calma, autocontrol, estado de ánimo. Precursor principal: triptófano.
Dopamina: recompensa, motivación, buen humor, deseo sexual. Precursores: tirosina y fenilalanina.
Noradrenalina: memoria y deseo sexual. Precursores: ídem.
GABA: relajación, sueño de calidad. Precursor: ácido glutámico.
Ahora bien, ¿de dónde se obtienen estos neurotransmisores?
Los aminoácidos, ácidos grasos y ciertas vitaminas y minerales/oligoelementos tienen implicaciones en la síntesis de neurotransmisores. De ahí que un adecuado aporte de nutrientes dentro de una dieta equilibrada sea fundamental (además de la eficaz gestión del estrés) para mantener en equilibrio este terreno.
Hoy en día sabemos también que otro factor importante que mantiene con buena salud este terreno, es la microbiota intestinal de la que depende en gran parte la buena producción de algunos de los neurotransmisores que hemos mencionados (entre un 60 y un 80 por ciento).
¿Qué síntomas y/o trastornos se experimentan como resultado del desequilibrio de este terreno?
Según los neurotransmisores implicados:
De acetilcolina: disminución de la memoria, concentración y atención.
De serotonina (carencia): hiperactividad, irritabilidad, ansiedad, insomnio y bulimia. Migraña, impulsividad, agresividad, impaciencia, intolerancia a la presión y la frustración, insomnio, compulsión por la comida, adicciones.
De dopamina (carencia): falta de motivación, indecisión, depresión. Desinterés, baja autoestima y autoconfianza, dificultad para emprender las actividades, astenia física y psíquica, sueño no reparador, melancolía.
De noradrenalina: pobre nivel de concentración, tristeza, apatía y depresión.
De GABA (carencia): ansiedad, pánico y manías. Inestabilidad, dificultad para calmarse y relajarse, rigidez permanente, tensión muscular.
De adrenalina (exceso): trastornos cardio y cerebro vasculares. Migrañas, insomnio, problemas digestivos, TOC, problemas sexuales.
De cortisol (exceso): problemas digestivos, envejecimiento acelerado, hipertensión, depresión, problemas de piel, de memoria, insomnio, deterioro cognitivo, obesidad abdominal, pérdida de densidad ósea.
Síntomas gastrointestinales: dolor abdominal, náuseas.
Trastornos del sueño.
Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho.
Tensión muscular, calambres.
Temblor en las extremidades.
Dolor de cabeza, sentimientos de inseguridad, alerta ante la menor preocupación exagerada, interrogantes sobre el futuro. Sobresalto ante la menor situación de estrés.
Sudoración (sobre todo en manos), palidez, disautonomía.
¿Qué causa que el terreno N se desequilibre?
Estrés crónico y mal gestionado.
Trastornos emocionales exacerbados (ansiedad constante, estados de continua tristeza e insatisfacción, etc.)
Microbiota intestinal desequilibrada por diferentes causas: inflamación, enfermedades crónicas, tratamientos médicos prolongados, etc.
Dieta inadecuada: alta en azúcares refinados y grasas saturadas. Dieta descuidada y desordenada.
Carencias y deficiencias de nutrientes (relacionados con la dieta). Falta de precursores, pobre absorción de nutrientes, mala salud celular (inflamación, intoxicación, etc.)
Estilo de vida: no descansar lo suficiente, beber y consumir drogas, trasnochar, no hacer ejercicio nunca, no saber parar etc.
La depresión es una causa a tener muy cuenta en el desequilibrio del terreno N, aunque esto es una “pescadilla que se muerde la cola”. Puesto que un desequilibrio del terreno N altera la producción de neurotransmisores y la salud de la microbiota, pero a su vez alteraciones en la salud de la microbiota (por causas variadas) da como resultado el comienzo del desequilibrio del terreno N y esto afecta a la producción de neurotransmisores
El síndrome de Burnout ( del quemado) es una patología muy grave que suele desencadenar un terreno N en desequilibrio y que debe ser tratado por un especialista de la salud mental.
A largo plazo desequilibrios hormonales e inmunológicos, puesto que el estrés juega un papel fundamental en el equilibrio hormonal y en el sistema inmunológico.
¿Cómo saber si tu terreno N está desequilibrado? – Haz el mini-test
¿Cómo evitar el desequilibrio del terreno N?
Control del estrés, dieta saludable y equilibrada en nutrientes (todos), ejercicio moderado, equilibrio entre trabajo, vida familiar y ocio, descanso y diversión. Eficaz gestión emocional y terapia psicológica son también herramientas fundamentales.
Suplementarse durante algún tiempo cuando sea necesario para evitar el desgaste del sistema nervioso y ayudarlo a mantenerlo en buen estado es también una forma de evitar el desastre de este terreno.
Interacciones con el resto de los terrenos chanbio
Con el terreno C: carenciado en ácidos grasos poliinsaturados (omegas) agrava los desequilibrios del terreno N, puesto que una carencia en el terreno C afecta al buen funcionamiento de las membranas neuronales.
Con el terreno H: la glucosa es la fuente predilecta de energía del cerebro, por tanto el terreno H agrava los efectos negativos del terreno N en desequilibrio.
Con el terreno A: cuando el terreno ácido está desequilibrado, disminuye la disponibilidad de minerales necesarios para la correcta síntesis de las funciones neuronales.
Con el terreno B: aquí yace nuestro “segundo cerebro”, por tanto todo desequilibrio en el terreno basocolítico tendrá enormes repercusiones en el terreno N, donde millones de bacterias intervienen en la síntesis de neurotransmisores.
Con el terreno I: algunas proteínas como la caseína o el gluten, actúan como “opioides” que tienen un notable efecto en el comportamiento así como la acumulación de toxinas (entre las cuáles se cuentan los metales pesados) con efectos nocivos sobre el sistema nervioso central.
Con el terreno O: el estrés oxidativo tiene un papel fundamental en las funciones neuronales. El aporte adecuado de antioxidantes en personas estresadas y deprimidas es imprescindible para hacer frente en mejores condiciones a estos padecimientos y controlar con mayor eficacia el terreno N.
Cómo te puede ayudar el Test Bionutricional Iomet en el terreno N
A través de un cuestionario muy especializado y del análisis de tu estilo de vida, patologías y hábitos alimentarios podremos determinar con una precisión del 100% cuál o cuáles son los terrenos que presentan deficiencias o excesos y que pueden ser la causa principal de todos esos malestares que llevas acumulando desde hace tiempo sin respuestas claras.
Hay ocasiones en donde encontramos que tenemos más de un terreno en desequilibrio, ya sea por déficits o por excesos.
En cualquiera de estos casos se debe intervenir con un plan dietético adaptado y un tratamiento con la suplementación más adecuada a cada síntoma y terreno. El tratamiento de los terrenos es de 3 meses, aunque los beneficios siempre comienzan a estar presentes desde la primera semana.
Siendo las mejoras notables en prácticamente todo el organismo y traduciéndose en un aumento del bienestar general y por tanto en una mejora de nuestra de salud.
Uno de los beneficios más destacables de tratar los terrenos en desequilibrio es el de prevenir el desarrollo de futuras enfermedades, puesto que con el tratamiento adecuado devolvemos el equilibrio a nuestro organismo desordenado y alterado.
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Bibliografía
Entender la nutrición celular activa, Dr. Claude LagardeLos 10 neurotransmisores principales y su función en el sistema nervioso central.
Neurotransmisor.
Los principales neurotransmisores: ¿qué ocurre cuándo nos faltan?
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