El terreno I y sus características
En nutrición biológica, con frecuencia trabajamos sobre los terrenos. Para saber qué son exactamente los 7 terrenos chanbio de la nutrición ortomolecular, te aconsejo que leas este artículo donde te lo explico en detalle.
En este post concretamente vamos a ver en profundidad qué es el terreno O oxidado, el séptimo y último de estos 7 terrenos y cómo distinguir las características y síntomas que se presentan cuando está desequilibrado así como su relación con el resto de los terrenos.
¿Qué es el terreno O oxidado?
Este terreno se relaciona con un exceso de radicales libres y con el daño que éstos causan en el organismo en general.
Pero, ¿qué es un radical libre?
Un radical libre es una molécula que posee un electrón no apareado (libre) al contrario que el resto de las moléculas “estables” en donde éstas se agrupan de forma equilibrada. Este proceso celular que se produce todo el tiempo en nuestro organismo, es natural e inevitable. La diferencia se encuentra en que, si consumimos suficiente cantidad de antioxidantes en nuestra dieta habitual, podremos hacer frente a la cascada de radicales libres atacándolos y equilibrándolos.
Si quieres saber más acerca de los radicales libres, los antioxidantes y su efecto en el organismo, deberías leer:
¿Cómo se forma un radical libre?
Los factores que mayor influencia tienen en el desarrollo de radicales libres y por tanto de la oxidación de nuestro organismo, es diversa y se relaciona con:
Estado general de salud: si tenemos un buen estado de salud y nos cuidamos a través de una dieta y estilo de vida equilibrado, conseguiremos minimizar el acúmulo y la formación de éstos.
Sobrecarga del organismo: procesos inflamatorios, sobresfuerzos.
Contaminación: ambiental, drogas, fármacos, pesticidas, aire, radiaciones.
Dieta: cuánto más desequilibrada y alta en procesados y proteínas de origen animal, más radicales libres.
Descanso: problemas de sueño como el insomnio o dormir las suficientes horas aumentan la producción de radicales libres.
Los radicales libres forman parte de los procesos naturales de nuestro organismo, porque en su justa medida cumplen con un papel regulador que tienen funciones sobre: sistema inmunitario (por ej. para luchar contra agentes patógenos como virus y bacterias), comunicación intracelular, expresión de genes, destrucción de células cancerosas y la fecundación del óvulo.
El estrés oxidativo es el resultado de un exceso en la producción de radicales libres que se descontrola cuando los antioxidantes naturales de nuestro cuerpo (por saturación de ROS) no pueden hacer frente a éstos.
¿Qué consecuencias tiene un terreno O en desequilibrio?
El problema del exceso de radicales libres es un tema a tener muy cuenta si queremos mantener un buen estado de salud a lo largo de nuestra vida.
La cronicidad de este aumento de radicales libres sin tomar medidas a corto plazo, induce daños importantes en nuestro organismo. Desde la mutación en las bases del ADN hasta la oxidación de proteínas. Y todo ello deriva en problemas de salud que acaban siendo crónicos y en algunos casos graves.
Algunas de las causas de un terreno O son:
Envejecimiento prematuro
Debilidad del sistema inmune
Mayor predisposición a enfermar
Mal aspecto físico: piel, cabello, uñas, debilidad muscular, mal estado óseo
Compromiso de las funciones cognitivas y neurológicas
Desarrollo de enfermedades cardiovasculares
Desarrollo del síndrome metabólico
Desarrollo de enfermedades degenerativas y aumento del riesgo de desarrollar algunos tipo de cánceres
Inflamaciones crónicas
Estrés oxidativo
¿Cómo hacer frente al terreno O y evitar su desequilibrio?
El organismo posee sus propios mecanismos de neutralización de los radicales libres. Para que este proceso se realice de forma eficaz, el cuerpo necesitará disponer de ciertos tipos de enzimas en cantidades suficientes.
Algunas de estas enzimas son: la SOD (superóxido dismutasa) o la glutatión, que transformarán los radicales libres en formas menos tóxicas, llevando a cabo un proceso de “detox”.
Estas importantes enzimas se activan mediante la intervención de otros nutrientes, principalmente de oligoelementos o minerales como el zinc, cobre, manganeso, hierro o selenio. Si además tenemos también carencia de estos microelementos, los sistemas de protección frente a la oxidación de nuestro organismo, se verán comprometidos.
Éstos se obtendrán principalmente a través de la dieta, pero cuando ésta no sea suficiente en aporte (y a menudo no lo es) deberemos introducir una suplementación antioxidante eficaz.
Nuestro organismo posee sus propios radicales libres (endógenos) para hacer frente a la oxidación.
Los antioxidantes endógenos más potentes con los que podemos contar son:
Glutatión: tiene acción directa sobre radicales libres y eliminación de H2O2.
Co-enzima Q10: tiene una importancia fundamental en la producción de energía mitocondrial y en su forma reducida es esencial contra la peroxidación lipídica.
Proteínas con función tiol como la albúmina (presente en dosis altas en el huevo y verduras de olor fuerte como el brócoli, ajo, coliflor, etc. y también en nuestro propio cuerpo).
Antioxidantes exógenos, que se pueden obtener a través de la dieta y los suplementos:
Polifenoles: entre los que cuentan los flavonoides, taninos, antocianinas, etc. también llamados fitonutrientes presentes en el mundo vegetal. El resveratrol es uno de los más conocidos y estudiados.
Carotenoides: entran los beta-carotenos o provitamina A que se encargan de proteger las membranas lipídicas.
Vitaminas hidro y liposolubles: como la E y la C con gran protección antioxidante.
¿Qué provoca que el terreno O se desequilibre?
En el desequilibrio del terreno oxidado intervienen distintos factores como:
Contaminación: aire, alimentos, aditivos, transgénicos, irradiados, humo, pesticidas, metales pesados, rayos X.
Radiaciones: antenas, wifi, ordenadores, móviles, etc.
Anomalías genéticas que producen problemas de codificación en las proteínas con acción antiox.
Exposición excesiva al sol (rayos UV).
Deficiente ingesta de alimentos protectores con acción antioxidante como los vegetales.
Carencias y deficiencias de vitaminas y minerales a través de la alimentación.
Estrés crónico.
Desequilibrio del terreno I (intoxicado) o del terreno A (ácido-desmineralizado).
¿Cómo saber si tu terreno O está desequilibrado? – Haz el mini-test
Interacciones con el resto de los terrenos chanbio
Con el terreno C: la mayor parte de las toxinas se acumulan en el tejido adiposo, con lo cual una dieta de pérdida de peso siempre se acompaña de una gran liberación de toxinas y el aumento de peso se ha relacionado con la carencia de ácidos grasos poliinsaturados.
Con el terreno H: cuando este terreno está en desequilibrio los productos de glicación se convierten en toxinas pro-oxidantes e inflamatorias. Se relacionan con el envejecimiento, daño tisular y con la diabetes.
Con el terreno A: un terreno excesivamente acidificado satura los órganos excretores provocando una gran dificultad en el proceso de eliminación de toxinas.
Con el terreno N: aumentará el estrés oxidativo provocando importantes alteraciones en las funciones neurológicas.
Con el terreno B: una alteración en la mucosa intestinal perjudica la flora. La falta de polifenoles (potente antioxidante) influirá en el crecimiento de bacterias beneficiosas para hacer frente a las patógenas.
Con el terreno I: la fase I de detox hepática produce oxidación para lo cual requiere el apoyo de antioxidantes. Si este terreno necesita “tirar” en exceso del hígado promoverá el desequilibrio del terreno O. No obstante una carencia de antioxidantes no podrá hacer frente a los tóxicos causados en una fase I de detox hepática.
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Bibliografía
Entender la nutrición celular activa, Dr. Claude LagardeThe post appeared first on Bionutrición Ortomolecular.