La decisión de tatuarse
Hacerse un tatuaje es algo completamente normal, y no por ser tener diabetes tenemos que renunciar a hacernos uno. No obstante, sí que es importante tenerlo todo bien claro antes de tatuarse.
Un tatuaje no es un capricho pasajero, es algo que dura toda la vida (aunque haya “remedios” como el láser), y hay que pensarlo bien. En cuanto a la zona, se recomienda no tatuar las partes donde inyectamos la insulina, como el antebrazo, la tripa o los muslos, para evitar infecciones ya que estaría más sensible de lo normal. Si nos tatuamos una zona con baja circulación, como las muñecas o los tobillos, habrá que intentar mejorarla con ejercicios y vitamina C.
Algo que puede ser muy útil a la hora de decidir si queremos hacernos el tatuaje o no, es dibujarlo sobre nuestra piel con henna (se puede comprar online). De esta manera, podemos ver el tatuaje durante unos días, ver si nos acaba de gustar, si nos aburre, etc. La zona también es importante porque si se ve mucho es más fácil que nos aburramos (yo por ejemplo llevo uno en la espalda que no me veo nunca, y cuando lo veo de rebote hasta me sorprende).
Precauciones para antes de hacernos el tatuaje
Algunas cosas que tenemos que tener en cuenta si queremos hacernos un tatuaje y tenemos diabetes son:
Buscar un establecimiento legal y fiable. Es importante ver el sitio donde nos van a tatuar antes de hacerlo: ver cómo está el local, qué medidas de higiene toman, cómo son los tatuadores de limpios, etc. Si te lo han recomendado, también estaría bien ir, para asegurar.
Evitar infecciones. Más vale prevenir que curar. Esto es muy importante en personas con diabetes porque a través de ciertas infecciones se puede contraer cetoacidosis (nivel de cetonas demasiado elevado). Además de ir con la piel bien limpia para evitar que pueda entrar algo, hay que prevenir infecciones desde la elección del establecimiento. Las agujas, por ejemplo, tienen que ser siempre nuevas (vienen embaladas) y el local tiene que cumplir las condiciones higiénicas necesarias.
Si es muy grande, hacer varias sesiones. Si el tatuaje que queremos hacernos es muy grande, será mejor dividir el trabajo en varias sesiones para no traumatizar demasiado la zona.
Controlar la glucemia y AC1. Durante las 2 semanas anteriores al tatuaje, debemos controlar nuestros niveles de glucosa y AC1 para evitar complicaciones y estar en un estado óptimo en el momento de tatuarnos. Los niveles variarán según cada persona, pero unos buenos valores promedio son de AC1 = 7.0 o inferior, y glucosa = 140 mg/dL o inferior.
No hacernos el tatuaje sin tener bien controlado nuestro metabolismo. Si no controlamos bien nuestros niveles de glucosa en sangre, no sabemos cómo están. Unos niveles de glucosa descontrolados pueden hacer que haya más riesgo de infección o que el tatuaje no cicatrice bien.
Ante la duda, consultar con el médico. Si no estamos seguros de que estamos en un buen momento para hacerlo, lo mejor es visitar al médico que nos lleva la diabetes para que nos dé el visto bueno. Tener la aprobación del médico nos hará ir mucho más seguros y tranquilos a hacernos el tatuaje. Sé que a veces nos cuesta, pero es por nuestro bien y no es para tanto.
Consejos para el día del tatuaje
Ya hemos decidido que nos vamos a tatuar, tenemos el diseño en mente, hemos pedido cita… ¿Al lío, no? Eso sí, nos irá mucho mejor si seguimos estas recomendaciones:
Avisar al tatuador de que tenemos diabetes. Indicarle también qué hacer en caso de un imprevisto o cualquier necesidad concreta.
Ir acompañado. Es posible que durante el proceso nos mareemos o nos encontremos mal, y tener a alguien de confianza nos hará sentir mejor, y puede ayudarnos para volver más seguros a casa.
Tomar hidratos de carbono. Tomaremos una ración de hidratos de carbono una media hora antes de empezar, para evitar que nos dé un bajón de azúcar (hipoglucemia). También es importante llevar encima algo de hidratos de acción rápida por si nos mareamos al acabar o volviendo a casa.
Llevar nuestro glucómetro. Los pinchazos de la aguja, en según qué personas, pueden dar impresión o mareo. Es un mareo que no debemos confundir con el de una bajada de azúcar, y para evitar confudir los síntomas lo mejor es tener nuestro glucómetro a mano.
Cuidados posteriores a un tatuaje en personas con diabetes
Genial, ¡ya tenemos nuestro tatuaje! Es totalmente normal que cuando salgamos tengamos la zona enrojecida, con dolor o escozor, no pasa nada. ¿Ahora qué? Los días posteriores deberemos seguir una serie de cuidados:
Aplicar pomada en la zona tatuada. Según las indicaciones que nos haya dado el tatuador, el médico o el farmacéutico, deberemos aplicar pomada en el tatuaje. Aunque un médico puede darnos recomendaciones más particulares, no hay que subestimar al tatuador, ha hecho muchísimos (seguramente lleva también) y sabe cómo hay que cuidarlos. Normalmente suelen recomendarnos pomadas tipo Bephantol, que crea una película protectora para evitar infecciones después de un tatuaje, y también alivia un poco el dolor. Las personas con diabetes tienden a cicatrizar algo peor, pero no debe ser un problema si cuidamos bien la zona.
Vigilar las rojeces de la zona. Es normal que la zona donde nos hemos hecho el tatuaje presente rojeces los días posteriores a hacerlo. Poco a poco debe ir disminuyendo, si vemos que pasan los días y sigue muy hinchazo, nos escuece o sale pus, puede haberse infectado y deberemos ir al médico cuanto antes.
Controlar la glucosa y las cetonas. En caso de infección, deberemos aumentar el control de la glucosa y hacer un test de cetonas para descartar alguna complicación. Si tenemos altos los niveles de glucosa y cetonas en sangre o en la orina, deberemos acudir al médico.
Vigilar la circulación sanguínea. Si nos hemos hecho el tatuaje en muñecas o tobillos, habrá que asegurarnos de que la circulación de la zona es correcta. Si notamos que tenemos fríos los pies o las manos, habrá que reactivar la circulación con movimientos circulares, caminando un rato y tomando vitamina C, con un zumo de naranja natural, por ejemplo.
Experiencia real de ejemplo
Como ya sabréis si seguís un poco el blog, sabréis que lo tengo por mi padre, DM2. Este año hemos decidido que nos íbamos a hacer un tatuaje juntos, ¡y así ha sido!
Yo ya tenía un tatuaje en la espalda, pero para él ha sido el primero. El mío es este de aquí abajo:
Hemos seguido todos los pasos que comentábamos arriba, todo bien controlado para que todo fuera bien. No obstante, en el tatuaje de mi padre aparecieron ciertas rojeces, debidas a que se puso más crema de la cuenta los primeros días. Al aparecer, fuimos al dermatólogo, lo confirmó y le dio otra pomada. ¡No abuséis de la pomada protectora de tatuajes! Con una capa fina es suficiente.
¿Más dudas sobre diabetes y tatuajes? Déjanoslas en los comentarios y las contestaremos lo antes posible.
Ingredientes:
Instrucciones:
Puedes ver esta entrada en Dulces diabéticos.