Sinembargo, conforme vamos creciendo la ilusión se transforma en compromiso y en el peor de los casos en soledad y nostalgia. Es entonces cuando queremos que pasen rápido estas populares fiestas según parece de la ilusión, alegría, religiosidad, magia y por supuesto consumo. Sale así nuestra parte más visceral para con ellas, pero ese punto de amargura es subjetivo, como muchas otras cosas, así es que ahí arrojo alguna reflexión por si sirve o ayuda de algo.
1- Aunque son unas fiestas extendidas por medio mundo, al otro medio le trae sin cuidado. Hace un tiempo escuché a una persona decir, que tenía por costumbre viajar a alguno de esos países.
2- Muchas otras personas están en las mismas circustancias. Es frecuente encontrar grupos que se reunen para pasarlas en compañía. Busca actividades que te gusten y donde puedas encajar y sobre todo intenta tener una actitud positiva; nunca se sabe…si te mueves puedes dar con gente interesante.
3- Si no te te apetece lo más mínimo salir. ¿Sabes cuantas personas que cenan en compañía pueden llegar a envidiarte? Las cenas de navidad terminan muchas veces en discusiones familiares. Crea un ambiente, cena rica, un incienso y algún capricho.
4- Hazte un buen regalo porque te lo mereces sin más y espera hasta el día clave.
Como muchas otros temas que nos afectan el factor mental es clave. Si preparamos y acostumbramos nuestra mente a ver de otra manera todod ello, nos sorprenderemos gratamente.
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