Factores de riesgo y prevención
En el síndrome metabólico coexisten varias alternaciones del organismo: obesidad visceral (en la región de la cintura), aumento del nivel de lípidos (grasas), hipertensión e incremento de los niveles de glucosa en sangre. Por esta alteración en la glicemia, las personas con síndrome metabólico tienen grandes probabilidades de desarrollar diabetes.
El porcentaje de la población que sufre esta alteración en el metabolismo es altísima y va en aumento. La falta de actividad física y la mala alimentación rica en grasas son las principales causas.
Según estableció la Federación Internacional de Diabetes, el síndrome metabólico se diagnostica cuando el diámetro de la cintura del hombre supera los 94 centímetros. Para el caso de las mujeres, el umbral son 80 centímetros. Una persona con estas características tiene una obesidad “central”, asociada a un aumento de la grasa en las vísceras. Es más peligrosa que la obesidad subcutánea.
Para llegar al diagnóstico, el médico tiene que corroborar además que la glicemia sea mayor a 100 miligramos por decilitro de sangre, que el colesterol bueno esté por debajo de lo normal, que los triglicéridos estén por encima de 150 mg/dl y la tensión arterial supere 130/85.
Las alteraciones del síndrome son muchas y diversas, y varían dependiendo de la persona. Sin embargo, un aspecto común a todas ellas es la resistencia a la insulina. El riesgo de presentar diabetes tipo II en una persona que padece el síndrome metabólico se multiplica por cinco. Hay algunos médicos que prescriben medicamentos para combatir la resistencia a la insulina, pero debido a los efectos secundarios de estos fármacos (en particular de las tiazolidinedionas), este tratamiento ha sido muy cuestionado.
Para prevenir la diabetes la mejor opción es combatir el factor de riesgo. Es muy importante que el paciente modifique su estilo de vida, haciendo ejercicios de forma regular y llevando una alimentación sana y balanceada. El síndrome metabólico, además de ser el primer paso hacia la diabetes, constituye un problema de salud en sí mismo y es de máxima importancia comenzar a revertir esta situación cuanto antes.