La incomodidad en la garganta se refiere al dolor, picazón o irritación en esa zona. Puede causar dificultad para tragar alimentos y líquidos pues suele empeorar en ese momento. Aunque este es el síntoma principal de que algo no está bien y otros signos pueden incluir: faringe seca, inflamación de las glándulas en el cuello, manchas blancas en las amígdalas y ronquera. Pueden existen más tipos de malestares.
¿Puede afectar a personas de todas las edades?
Sí, no obstante hay quienes aumentan el riesgo en:
Niños
Personas que fuman o son expuestas al humo de tabaco
Alérgicos
Exposición a agentes químicos irritantes
Personas con sistema inmunológico comprometido
Compartir un espacio cerrado con otros también aumenta el riesgo de padecer infecciones en las vías respiratorias superiores que pueden presentase inicialmente como una irritación.
¿Por qué duele la garganta?: Causas
Generalmente, cuando esto sucede es desencadenado por una infección viral. Las cuales son generadas por el resfriado común o la gripe. De igual manera, otros factores también incluyen:
Mononucleosis
Sarampión
Varicela
Infección bacteriana por estreptococo
Difteria
Tos ferina
Como quitar el dolor de garganta rápido
Independientemente de la causa, la preocupación inmediata cuando llega la irritación es cómo obtener alivio, rápido. Es posible que te sientas tentado a acudir al médico, pero algunos de los mejores tratamientos son remedios caseros. Las opciones de tratamiento en el hogar incluyen:
Gárgaras de agua salada
Las gárgaras con agua tibia pueden ayudar a calmar cualquier tipo de molestia e incluso eliminar las secreciones con bacterias.
Sólo necesitas:
Hacer una solución de agua salada con una media cucharadita de sal en un vaso lleno de agua tibia.
Realiza gárgaras para ayudar a reducir la hinchazón y mantener la faringe limpia.
Esto debe hacerse cada tres horas.
Té de manzanilla
Es un calmante natural. Se ha utilizado durante mucho tiempo con fines medicinales por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y astringentes.
Para preparar el té necesitas:
1 bolsa de té de manzanilla o una cucharada de flores
1 taza de agua recién hervida
Vierte la bolsa de té o la cucharada en la taza de agua recién hervida. Cubre y deja reposar durante 10 minutos. Añade un poco de miel y limón. Bebe según sea necesario. Mientras esperas que se refresque puedes inhalar el vapor de la infusión para aliviar los síntomas
Jengibre
Está lleno de propiedades que aliviaran cualquier molestia, además actúa como expectorante ayudando a aflojar y expulsar el moco del sistema respiratorio. Puedes gozar de todas las ventajas en una taza tibia de té de jengibre.
Necesitas:
Raíz de jengibre fresco
Miel
2-3 tazas de agua
Lava bien la raíz, retira la piel y corta en trozos muy pequeños. Lleva a punto de hervor las tazas de agua y agrega los pequeños trozos. Retira del fuego, tapa y deja enfriar durante 5 minutos antes de tomar por completo.
Gárgaras con bicarbonato de sodio
Mientras que las gárgaras de agua saladas son más usadas comúnmente, agregarle bicarbonato de sodio es también una solución efectiva porque elimina las bacterias y previene el crecimiento de hongos.
Es recomendable mezclar:
1 taza de agua tibia
¼ cucharadita de bicarbonato de sodio
1/8 cucharadita de sal
Usar este enjuague cada tres horas según sea necesario.
Menta
La menta es conocida por su capacidad para refrescar el aliento, contiene mentol que ayuda a reducir la cantidad de moco, tos e incomodidad en la garganta. Además contiene propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antivirales que estimulan la curación.
Para hacer té de mentase sugiere:
Agregar 1 cucharadita de hojas secas a una taza de agua hirviendo.
Dejar en reposo durante 10 minutos.
Colar la mezcla, refrescar y beber.
Puede tomarse hasta cinco veces al día, según sea necesario. [td_smart_list_end] Como se puede prevenir un malestar de garganta
Muchas de las causas subyacentes de dolor de garganta son infecciosas, y hay ciertos pasos que pueden ayudarte a prevenir una infección futura. Algunas de las recomendaciones que puedes tomar como parte de tu rutina son:
Lavarse las manos repetidamente durante el día para eliminar los gérmenes y las bacterias.
Evitar compartir vasos o utensilios.
Limitar el contacto con las superficies comunes.
Reducir la exposición a alérgenos, como polen, polvo y moho.
Evitar el humo del cigarrillo.
Mantener un humificador en casa para eliminar la sequedad.
De igual manera, evita los alimentos picantes o ácidos, y mantente alejado de los vapores químicos o el humo que podría causar inflamación.
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