La leche de avena casera que he preparado hoy, os va a encantar. Es una receta sencilla a más no poder, con una textura increíble y adaptable a gusto de todos.
A muchas personas no les sienta bien la leche. Puede ser por intolerancia a la lactosa, a alguna otra proteína, o que simplemente no les cae bien al estómago. Yo por ejemplo no soy intolerante a la lactosa, pero si me tomo un vaso de leche por la mañana me sienta fatal.
Para todas estas personas, las leches vegetales como esta leche de avena casera son una opción buenísima. Es verdad que, cada vez más, encontramos leches de origen vegetal en el supermercado, pero a veces llevan azúcares, así que es mucho mejor hacerla en casa sin azúcar. Además, nos ahorramos todos los conservantes y demás que llevan los productos envasados.
Bueno, qué os voy a contar yo, que tengo un blog de postres porque me gusta la comida casera
La avena es un cereal que está muy de moda gracias a sus propiedades nutritivas. Además, puede ser beneficiosa para la diabetes y es bueno incluirla en casi cualquier tipo de dietas.
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La textura de esta leche de avena es variable, en función de vuestros gustos. Si ponemos más agua, quedará más líquida; si ponemos menos, quedará más espesa. Yo os doy las cantidades con la textura que me gusta a mí, más bien líquida pero con cuerpo (muy similar a la leche de soja).
Espero que os guste, la verdad es que es súper fácil de hacer y queda muy rica. Ah, y podréis hacer todos nuestros postres lácteos con ella, en la misma cantidad
Información Nutricional
Un vaso de 200ml de esta leche de avena contiene:
68 kcal
9,79gr HC
Ingredientes:
100gr de copos de avena crudos, 1 litro de agua, 1 pizca de stevia (opcional), 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Instrucciones:
Ponemos la avena con agua en remojo, que la cubra bien. Dejamos en remojo por lo menos una hora. Yo la dejo por la noche y hago la leche por la mañana, así está bien blandita.
Colamos la avena y deshechamos el agua sucia. Ponemos agua limpia y dejamos media hora más.
Colamos otra vez, y ponemos la avena escurrida junto con un litro de agua limpia en la batidora. Opcionalmente podemos añadir un poco de stevia, vainilla o canela. Batimos un par de minutos hasta que esté bien finito.
Para hacer la leche, ponemos esta mezcla en una bolsa para filtrar (tipo esta), o si no tenemos en un colador grande, y vamos presionando para que salga el líquido.
Vertemos la leche de avena en una botella, ¡y lista para usar!
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