Surge por un enrojecimiento en la cara que genera en la persona una sensación importante de agobio. Se suele experimentar cuando se tiene un gran nerviosismo y ansiedad y, como consecuencia, el sonrojo es aún mayor, aumentando el estado negativo. Es importante tener en cuenta que hablamos de esta fobia cuando la persona le da importancia a la ruborización, porque si no, no estaríamos considerando este problema.
La eritrofobia es un subgrupo de la fobia social
Esta fobia la podemos considerar como un subgrupo dentro de las fobias sociales. El malestar y/o vergüenza de la persona al producirse el enrojecimiento puede ser tan alto, que le puede llevar a evitar cualquier relación social en la cual pudiera pensar que esa sensación podría volver a aparecer.En determinadas situaciones en la que existen relaciones sociales, nuestro sistema nervioso puede provocar la dilatación de los vasos sanguíneos, produciéndose así un enrojecimiento facial, que es absolutamente normal. Para hablar de eritrofobia, recordamos que es necesario que la persona haga una interpretación negativa de su rubor, es decir, le avergüenza, lo siente como algo que nadie debería percatarse, así como algo terrible que le suceda. Además piensa que la evaluación que los otros hacen de su enrojecimiento será negativa y puede traer consecuencias malas para su persona.El propio miedo a ruborizarse genera una gran cantidad de pensamientos negativos anticipatorios, que indudablemente hace que aumenten las probabilidades de que el rubor aparezca. Así, una vez instaurado el rubor, el paciente prestará mucha atención a su rostro y, en consecuencia, aumentará más su sintomatología.
Tratamiento psicológico de la eritrofobia
El tratamiento de la eritrofobia conlleva, al igual que cualquier otro problema de ámbito psicológico, una evaluación exhaustiva del mismo, de sus síntomas, así como de aquellas situaciones en las que surge el problema y las reacciones del sujeto ante él. Así mismo, es importante que averigüemos cuáles son las conductas para evitarlo, pues estas deberán reducirse casi en su totalidad para facilitar al paciente a que se exponga ante la situación temida con recursos apropiados que le ayuden a manejar su ansiedad.
Teniendo en cuenta que tras explicar al paciente cómo funciona la irrigación, sabiendo que es un proceso automático que se escapa del control de su persona, y que es completamente natural, ayudamos al sujeto a modificar la interpretación negativa que éste hace sobre este hecho. Son sus pensamientos negativos hacia la situación de sonrojo y lo que la persona cree que significa de cara a los otros ese rubor (debilidad, mentira, vergüenza), lo que hace que surja toda la sintomatología negativa.