Las sincronías o psico sincronías, descritas por Carl G. Jung y divulgadas por Deepak Chopra, son un conjunto de habilitades psicológicas como la premonición, la precognición, coincidencias, telepatía, intuición, sueños, destino, todo ello forma parte de lo que se denominó la psique, todo ese proceso mental y de energía psicológica donde reside el inconsciente individual y colectivo.
Este inconsciente funciona de forma simbólica, y se le relaciona con la expresión de los artistas siendo, el arte, según esta visión, una expresión del inconsciente colectivo, cuando una obra de arte, pintura, música, teatro, poesía, etc., es capaz de expresar aquel sentimiento compartido de forma inconsciente por toda una sociedad, y que, al mismo tiempo, de alguna forma, a esa sociedad le es imposible de mostrar o declarar, el artista a través de su arte lo canaliza y lo manifiesta artísticamente.
El arte hace posible esta expresión, de ahí la importancia de los escritores, novelistas o el del cine, en el momento de crear nuevos mundos y realidades que ya están latentes en el inconsciente colectivo, como proyecciones de futuras ciudades, tendencias o modas, avanzándose en el tiempo, como en la ciencia ficción, o relatos fantásticos.
Lo mismo pasa en la antigüedad con las mitologías, los mitos y leyendas, realidad, ficción o interpretación de los arquetipos del inconsciente colectivo.
Al igual que la inspiración súbita, para los artistas lo son las musas que les inspiran y desvelan abriendo la mente y generando conexiones a nuevos conocimientos y saberes muchas de ellas a través de las canalizaciones.
Como decía Picasso,
Si las musas me visitan que me pillen trabajando.
Pablo Picasso
Abrimos aquí un nuevo paradigma, la actitud, si nuestra actitud es la del aprendizaje constante, el estar abierto a nuevos conocimientos y ensayos, al trabajo del descubrimiento y del aprendizaje, estaremos despiertos y activos delante de todo tipo de mensajes que nos lleguen de donde nos lleguen.
Tanto sea del consciente, información, libros, conferencias, amistades, cursos, formaciones, conocimiento de maestros etc., como del inconsciente, a través de sus premoniciones, coincidencias, pensamientos que nos parecerán telepáticos, intuición, sueños reveladores, o el propio convencimiento de que todo lo que me sucede es mi destino.
Si estamos abiertos a percibir, percibimos, si estamos cerrados a todo ello y lo calificamos de pecherías y habladurías, seguiremos cerrado a todo ello y nada vamos a percibir.
Cuando estamos en nuestro camino, cuando tomamos nuestras decisiones, cuando hacemos nuestra vida y cuando empezamos a sentir ese sentimiento de felicidad y gozo que da la plenitud de tomar nuestras decisiones y hacer nuestra vida, es cuando empezamos a estar abiertos a todo tipo de sincronicidad, y el inconsciente se nos hace consciente.
En mi formación, viajaba mucho en el metro de la ciudad de un lugar a otro, en aquellos años se instauro la moda de la lectura en el tren o metro, no existían aun los celulares, ni móviles con acceso a internet, y la gente leíamos periódicos revistas y libros en los trayectos.
Esta moda temporal de lectura temporal consistía en escoger un libro y leerlo durante los trayectos, al finalizar el libro lo dejabas en el banco o asiento del tren, para que otro pasajero pudiera empezar la lectura.
Yo encontré un libro apasionante, de espiritualidad y crecimiento humanista, escrito por una monja budista, la enseñanza de ese libro fue totalmente reveladora y marco hasta hoy en día la terapia de empoderamiento y autoestima que aplico en consulta.
Al llegar al lugar donde me dirigía, quise anotar el nombre de la autora y título del libro, con la sorpresa que inconscientemente, al finalizar el libro, lo dejé en el asiento del tren, tal cual lo encontré.
Nunca he podido recordar el título del libro, ni su autora, pero si toda la enseñanza que recibí de ese libro, aprendida en los pocos días que me acompaño en mis desplazamientos en metro y tren.
Sincronicidad, coincidencia, suerte, destino. Cuando estás en tu camino, todo se alinea a tu favor.
La primera enseñanza es el derecho primordial de todos los seres vivos de esta creación a hacer su vida.
Se acercan a la consulta con gran tristeza y angustia, cuando les pregunto: - ¿Qué haces en tu vida, haces lo que te gusta, vives tu vida?
La mayoría niegan con la cabeza, y asienten - No hago mi vida.
La segunda tomar mis propias decisiones, siguen negando con la cabeza: - No puedo tomar decisiones, siempre hay alguien que elige por mí. Y ese es el gran drama.
No puedes generar la felicidad, la felicidad no cae del cielo, la felicidad es una actitud una causa que se trabaja cada día, una acción.
Yo les pongo el ejemplo de la fiesta de aniversario, la persona que entra con la tarta con las velas, esa persona entra la felicidad, automáticamente esa causa de mostrar la tarta con las velas, genera felicidad.
Si a más tu misma has hecho la tarta, esas causas que genera la felicidad ha generado un proceso, desde la compra de ingredientes, elaboración y celebración, todo ello crea el proceso de ser portadora de las causas que han generado esa situación de felicidad.
La felicidad la construimos con nuestra acción y pensamiento cada día, la felicidad es un resultado.
Si yo tomo mis decisiones, puedo hacer mi vida, y si hago mi vida porque tomo mis decisiones, el resultado es que soy feliz, y la felicidad está en mí, sencillamente porque hago mi vida, porque tomo mis decisiones.
Esta es la enseñanza y la prescripción de este artículo, funciona como un mantra, tu nuevo mantra, recítalo tantas y tantas veces como te sea necesario, hasta que forme parte de tus nuevas creencias, y tu vida cambiará.
Yo tengo derecho a hacer mi vida.
Yo tengo derecho a tomar mis decisiones.
Yo tengo derecho, a ser portador/a de las causas que generan la felicidad para mí y los míos.
Anónimo budista
Podéis seguir leyendo más artículos míos en este mismo portal sobre las técnicas y terapias que aplico en consulta.
Y recomendaros la lectura de: “Sincrodestino, descifra el significado de las coincidencias y crea los milagros que has soñado” de Deepak Chopra. Editorial: Debolsillo.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.