Emplear esta actitud, es un gran error si tenemos en cuenta que el deporte tiene efectos positivos que van mas allá de mejorar nuestro físico y ayudarnos a adelgazar.
Incluir el hábito deportivo como parte de nuestra rutina, beneficia que tengamos mejores habilidades mentales y mayor voluntad, fortalece nuestra la salud, genera hábitos, y nos ayuda a obtener el rendimiento que necesitamos para alcanzar los objetivos que nos hayamos propuesto.
Si analizamos en que se traducen todos esos efectos positivos en nuestro día a día, vemos lo siguiente:
Seremos más productivos
Se potencia el rendimiento físico e intelectual, mejora la concentración y capacidad para resolver conflictos, y eso incrementa la productividad y genera mayor satisfacción en el trabajo.
Mejorará nuestro estado de ánimo
Conseguiremos mejor sensación de bienestar y un mejor estado de ánimo tras liberar noradrenalina, serotonina y dopamina, los tres mensajeros químicos del sistema nervioso encargados de esas funciones.
Disminuiremos tensiones y nivel de estrés
El deporte relaja, libera la mente y nos ayuda a canalizar nuestra energía, lo que mejora el nivel de concentración y reduce el estrés durante las horas de trabajo.
Reforzaremos la memoria
Realizar ejercicio físico de forma regular tiene efectos positivos sobre la memoria y el razonamiento, sobretodo para aquellos que realizan tareas que requieren de un control ejecutivo y emplean las áreas frontales del cerebro.
Tendremos mejores relaciones
En particular si realizamos un deporte de equipo, seremos capaces de sentir mayor empatía, respeto y compromiso con los sentimientos en nuestras relaciones, reforzaremos los lazos, se reducirán conflictos y tendremos un clima más agradable en cualquier ambiente.
Seremos mas efectivos y creativos
Nos sentiremos mas comprometidos con nuestras tareas, y podremos desarrollar la creatividad y la innovación con mayor facilidad.
Además de lo anterior, realizar actividad física de forma habitual te ayudará a disminuir dolores musculares y articulares, mejorará tu circulación sanguínea, y favorece la fuerza y la flexibilidad.
Se trata de encontrar esa actividad que nos motive y estimule a practicarla de forma regular, no tenemos que exigirnos de más, ni obligarnos a realizar algo que no va con nosotros.
El secreto es probar distintas disciplinas, darnos un margen para valorar, e intentarlo durante un tiempo para que podamos experimentar esas ventajas, que finalmente aportarán tanto a nuestro bienestar, que no las querremos dejar a un lado.
¿Estás pensando ya en algún deporte? Pilates, yoga, running, natación, kick-boxing… ¡Hay muchas opciones!