Pensar… no pensar…

11940136_10205773781996658_2029913686_n


“Cuando ves con claridad, no tienes que pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos… El miedo es resistencia a lo desconocido” (Tulku Lobsang – Médico tibetano)

Vemos con claridad cuando observamos sin juzgar, cuando nuestra mirada está limpia de toda interpretación. En el momento que juzgamos o interpretamos, ya no vemos la realidad, sino el contenido de nuestro juicio. Es nuestra añadidura a la observación la que nos nubla la visión.

Cuando no vemos con claridad, nos ponemos a pensar porque no soportamos el no ver. Y no soportamos el no ver por dos razones. La primera, porque previamente no hemos observado. La segunda, porque no confiamos en la vida. No confiamos en que tooodo tiene un por qué y un para qué. Cuanto más pensamos, más ahondamos en esa desconfianza. Es como si dijéramos “yo ya sé…” “yo puedo con esto…” Sin darnos cuenta que la visión, que es en el fondo lo que buscamos, no se alcanza mediante el pensamiento, sino mediante la observación amorosa de las cosas y de nosotros mismos.

El miedo es resistencia a lo desconocido. Nos resistimos por esa misma desconfianza. Y desconfiamos porque nos sentimos separados de los demás y del resto de la naturaleza. Cuando desconfiamos, lo que en el fondo estamos haciendo es proteger lo que consideramos sagrado. Esto es, todo aquello que consideramos necesario para nuestro bienestar, para nuestra vida: éxito, aprobación, reconocimiento,… Sin darnos cuenta de que ya estamos vivos, de que ya estamos viviendo y de que en todo momento tenemos lo que necesitamos para ese instante. El miedo protege lo sagrado, el “tesoro” del ego. Y por protegerlo somos capaces de hasta no vivir, que es precisamente lo que hacemos.

Todo es vida y formamos parte de ella. Somos una parte de ese todo mucho mayor, donde todo se relaciona con todo. Al sentirnos separados del resto, desconfiamos porque creemos que el otro es distinto a mi. Pero en cambio, cuando nos sentimos en unidad con la vida… no hay resistencia a lo desconocido. No hay necesidad de proteger nada. La confianza en la vida es nuestro estado natural pues somos parte de ella. Por eso cuando desconfiamos sufrimos, porque nos encontramos en modo antinatura. Alejados de nuestra esencia, de nuestro SER.

Fuente: este post proviene de Sendero a tu Interior, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

En ocasiones, en distintos momentos de nuestra vida nos sentimos perdidos, esa sensación de no saber hacía donde vamos,de qué hacer nos atrapa.Y aunque suele ser cuandos nos encontramos ante alguna cr ...

Hace poco pasé frente a ese banco ¿Cómo no detenerse ante una frase así? Cada día son más las obligaciones que nos asaltan…pero ¿te has parado a pensar si respetas tu tiempo? ¿Vivimos o estamos ...

Cuando decimos “yo soy así”, dictamos una especie de sentencia en la que nos determinamos como una estructura definida e inmodificable. Con lo cual, al adoptar esa postura, lo que estamos ...

Aquí dejo esta hermosa experiencia de nuestra amiga Bea Romero. “¿Cómo se puede quedar uno a los 37 años de edad, al darse cuenta en un solo instante en medio de un gran desorden y un ruido enso ...

Recomendamos