El moco cervical de una mujer cambia a lo largo de su ciclo menstrual, de espeso y pegajoso durante la menstruación hasta fino y acuoso justo antes de la ovulación. La función del moco cervical es proporcionar un transporte adecuado para que el esperma viaje a través del sistema hasta llegar al óvulo madurado y listo para ser fertilizado, además de actuar como una barrera mientras comienza el ciclo una vez más. Las mujeres que sienten interés por controlar su moco cervical con el objetivo de determinar el mejor momento para tener relaciones sexuales y quedar embarazada, los cambios en el moco cervical tras producirse el embarazo también se convierte en una cuestión muy importante.
¿Cómo cambia el moco cervical?
Una vez que la mujer está embarazada, su cuerpo experimenta una serie de cambios desde que se produce la implantación y a medida que el embarazo progresa. El moco cervical es el portador de algunos de esos cambios. En el comienzo del embarazo tales variaciones son muy diferentes de mujer a mujer. Algunas encuentran que su moco cervical adquiere una consistencia similar a la que se asocia con la menstruación, es decir, se vuelve espeso y pegajoso porque el huevo fertilizado se adhiere a la mucosa uterina engrosada y comienza a desarrollarse. Sin embargo, otras mujeres a menudo encuentran que su moco cervical sigue siendo delgado y acuoso al igual que lo fue durante la ovulación.
A medida que el embarazo progresa, los cambios en el moco cervical se vuelven más comunes, dado el aumento en el flujo vaginal y el transcurso de las semanas y los meses. Uno de los cambios más debatidos es el tono rosado o marrón claro que puede tomar la secreción cervical. Esto es el resultado de lo que se conoce como sangrado de implantación y podría ser una buena señal para un embarazo temprano. Sin embargo, puede confundirse con la menstruación natural, por lo que no puede ser un signo de embarazo tan preciso como una prueba de embarazo casera o el diagnóstico de un médico.
Consejos para esperar la confirmación del embarazo
Después que ha pasado la ovulación, muchas mujeres que están intentando concebir pueden sentirse nerviosas e inquietas, pues necesitan saber si sus esfuerzos han tenido éxito o no. La anticipación y la preocupación pueden resultar estresantes, así que aquí van algunos consejos para ayudarte a mantener la calma mientras esperas.
No te preocupes si no estás teniendo los “síntomas de embarazo". En las primeras etapas del embarazo la mayoría de las mujeres pueden no mostrar signos o síntomas hasta por lo menos un par de semanas después. Si no tienes los síntomas, no te desanimes enseguida, mejor espera un poco más.
Trata de relajarte. La espera puede convertirse en tu único propósito, pero a veces eso sólo consigue aumentar tus niveles de estrés y disminuir las posibilidades de una implantación exitosa. Trata de distraerte y pensar en otras cosas, ya que esto ayudará a pasar el tiempo y aumentar tus posibilidades de concebir.
Del mismo modo que el estrés puede disminuir tus posibilidades de una implantación exitosa, relajarte puede aumentar las posibilidades de embarazo. El proceso de la concepción está fuertemente influenciado por las hormonas y si tratas de encontrar una manera para relajarte, esas hormonas encontrarán un mejor equilibrio.