¿Qué es?
La tuberculosis es una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis,o bacilo de Koch, perteneciente al complejo Mycobacterium tuberculosis. una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones.Se distinguen dos tipos de tuberculosis: pulmonar y extrapulmonar.
Aunque la tuberculosis es una enfermedad predominantemente de los pulmones, puede afectar también el sistema nervioso central, el sistema linfático, el sistema circulatorio, el sistema genitourinario, el aparato digestivo, los huesos, las articulaciones e incluso la piel.
¿Cómo se contagia?
La infección se transmite de persona a persona a través del aire.
Cuando
un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa
bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos
pocos bacilos para quedar infectada.
Se calcula que una tercera parte de la
población mundial tiene tuberculosis
latente; es decir, están infectadas por el
bacilo pero aún no han enfermado ni
pueden transmitir la infección.
La tuberculosis afecta principalmente a los adultos jóvenes, es
decir,
en la edad más productiva. Pero todos los grupos de edad están en
riesgo. Más del 95% de los casos y las muertes se registran en los
países en desarrollo.
¿Qué síntomas tiene?
Los síntomas clásicos de la tuberculosis son una tos crónica, con esputo sanguinolento, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. La infección de otros órganos causa una amplia variedad de síntomas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en
la radiología (habitualmente radiografías
torácicas), una prueba de la tuberculina
cutánea y análisis de sangre, así como un
examen al microscopio y un cultivo
microbiológico de los fluidos corporales como
las espectoraciones.
La tuberculosis es una enfermedad que se puede tratar y curar. La forma activa que es sensible a los antibióticos se trata con una combinación estándar de cuatro de estos medicamentos administrada durante seis meses junto con información, supervisión y apoyo del paciente por un agente sanitario o un voluntario capacitado. Si no se proporcionan supervisión y apoyo, el cumplimiento terapéutico puede ser difícil y, como consecuencia, la infección puede propagarse. La gran mayoría de los enfermos pueden curarse a condición de que los medicamentos se tomen correctamente.
Desde 1995, gracias a las estrategias DOTS y Alto a la Tuberculosis recomendadas por la OMS (véase más adelante), se ha tratado con buenos resultados a más de 56 millones de personas y se calcula que se habrían salvado unos 22 millones de vidas.
¿Cómo se previene?
La prevención pasa por la detección precoz de la enfermedad, de manera que se pueda evitar la transmisión al resto de la gente. La OMS recomienda la vacunación con BCG a todos los recién nacidos con alta incidencia de tuberculosis, incluyéndola en el calendario infantil de forma sistemática. Debe administrarse sólo una vez, ya que no está probada la eficacia de la revacunación. Asimismo, no está recomendada a personas adultas que vayan a trasladarse a zonas de alto riesgo, pues tampoco se ha demostrado su eficacia en este campo. No obstante, la OMS recomienda su administración en niños y jóvenes que vayan a pasar largas temporadas en zonas de incidencia.
La BCG está contraindicada en personas con sida, independientemente de la edad que tengan. En cuanto a la alimentación, si viaja a una zona afectada por la enfermedad absténgase de tomar leche o cualquier producto lácteo que no haya sido pasteurizado. En caso de contacto prolongado con una persona infectada que no está en tratamiento acuda lo antes posible a un médico y sométase a la prueba de la tuberculina. El especialista valorará si debe administrarle el tratamiento o la quimioprofilaxis específica frente a la enfermedad.
¿Cómo se trata?
Sin tratamiento, la tuberculosis lleva irremediablemente a la muerte. Para su tratamiento se emplea una combinación de fármacos, entre los que se encuentran la isoniacida, la rifampicina, la pirazinamida, el estambutol y la estreptomicina.
Datos sobre la Tuberculosis
Aproximadamente un tercio de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis. Solo una pequeña proporción de los infectados enfermará de tuberculosis.
Las personas con sistemas inmunitarios debilitados corren un riesgo mucho mayor de enfermar de tuberculosis. Las personas afectadas por el VIH tienen aproximadamente entre 20 y 30 veces más probabilidades de desarrollar una tuberculosis activa.
Para detener la TB, la OMS ha formulado una nueva estrategia de seis puntos que aprovecha los éxitos del enfoque DOTS y aborda expresamente los principales problemas que plantea la enfermedad.
El objetivo es reducir radicalmente la carga mundial de TB para 2015, garantizando que todos los pacientes, entre ellos los coinfectados por el VIH y los que padecen TB resistente, se beneficien del acceso universal a un diagnóstico de gran calidad y a un tratamiento centrado en el paciente. La estrategia también apoya el desarrollo de nuevos instrumentos eficaces para prevenir, detectar y tratar la enfermedad. La estrategia Alto a la TB es la base sobre la que asienta el Plan Mundial para Detener la TB 2006-2015, elaborado por la Alianza Alto a la TB.
Se conoce como tuberculosis
multirresistente a la causada por una
cepa que no responde al tratamiento
por lo menos con isoniazida y rifampicina,
los dos medicamentos antituberculosos
de primera línea (estándar) más eficaces.
El origen de esta forma de la enfermedad está en el tratamiento incorrecto. En efecto, el tratamiento inapropiado con estos medicamentos, o el empleo de medicamentos de mala calidad, puede causar farmacorresistencia.
WEBGRAFÍA
http://es.wikipedia.org/wiki/Tuberculosis
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs104/es/
http://www.who.int/topics/tuberculosis/es/
http://www.who.int/tb/challenges/xdr/faqs/es/
http://www.who.int/features/qa/08/es/
http://www.who.int/features/factfiles/tuberculosis/es/
http://www.who.int/tb/strategy/stop_tb_strategy/es/
http://www.dmedicina.com/enfermedades/infecciosas/tuberculosis