La pareja, una relación de más de 2 personas

La pareja, una relación de más de 2 personas


Siempre hemos oído que la pareja es cosa de dos. Sin embargo, desde el enfoque sistémico no es así. Las constelaciones familiares no ven a las personas como individuos aislados, sino “que forman parte de algo más grande”, su sistema familiar, que les influye en su día a día.

En este sentido, es muy importante saber que la unión de 2 personas no les afecta sólo a ellos como pareja, sino que esa relación es ampliada al sistema familiar de cada uno de ellos. O dicho de otro modo, cuando dos personas se unen o se casan es como si lo hicieran también con sus respectivas familias. ¿Cuesta creer esta afirmación?

Puede que sí, pero creo que compartiréis conmigo, que la mayoría de las personas que vivimos en pareja, sabemos que en el fondo esto es así de uno u otro modo. De hecho, muchos de los conflictos en pareja, aparecen cuando un miembro rechaza o juzga algo que tenga que ver con el sistema familiar de su pareja. Es decir, cree que su sistema familiar es mejor que el de su pareja.

Es importante saber que cada de uno de nosotros, nacemos dentro del seno de una familia única, que tiene sus propias creencias basadas en su cultura, su país, su religión, su etnia, su ideología, y establecen su propias pautas, patrones, normas, conductas, que son reconocidas y aceptadas por todos los miembros de la familia, y lo vemos con total normalidad, algo que es así sin más, no nos cuestionamos nada, especialmente cuando somos muy pequeños, porque eso, nos hace pertenecer y estar integrados dentro de nuestra familia. Y cuando crecemos, tenemos totalmente integradas y normalizadas todas esas creencias.

Cuando nos unimos en pareja, nuestra pareja tiene a su vez, su propio sistema de creencias y valores, y cree que, eso con lo que ha vivido, es lo realmente válido y lo mejor, lo tiene totalmente integrado y normalizado en su vida también, pero... ¿qué ocurre cuando mis creencias discrepan o son distintas a las de mi pareja? Surge el conflicto, porque yo quiero imponer mis creencias sobre las de mi pareja, “porque es lo que hay que hacer”, “es lo que hemos hecho siempre en mi casa”, “es lo que conozco”, “es lo correcto”, pero... ¿qué piensa mi pareja? Justo todo lo contrario, porque él ha vivido y crecido de otro modo diferente, ni mejor ni peor, simplemente distinto.

Desde mi experiencia al constelar temas de pareja, he visto que dentro del sistema familiar, los vínculos con nuestros padres o suegros, son los que más influyen en nuestra relación de pareja. Todo aquello que no hemos resuelto con nuestros progenitores y suegros lo proyectamos sobre la pareja.

Si en casa hemos visto que nuestros padres, por ejemplo, se trataban con respecto, buscaré una pareja que me respete; si por el contrario, he visto que mis padres se trataban mal y discutían mucho, buscaré una pareja con la que tendré muchas discusiones, porque eso es lo que he vivido en mi infancia y para mí es algo normalizado.

Por otro lado, si entro en conflicto con mi suegro o suegra, igualmente tendré muchas dificultades con mi pareja porque en el fondo, estoy rechazando una parte de mi pareja, ya que puedo disfrutar de mi pareja gracias a que sus padres le dieron la vida. Mi pareja es un 50% energía de su madre, y otro 50% energía de su padre.

¿Cuál es la solución entonces?, ¿Cuál es una de las claves para tener una relación sana de pareja? Dejar atrás nuestras respectivas creencias, fruto del pasado, que les funcionó a otros miembros de la familia, que vivieron en otra época y bajo la influencia de sus progenitores, de su propia experiencia y la vida que les tocó vivir, que es totalmente distinta a la nuestra.

Ahora nosotros somos personas adultas e independientes. Podemos decidir libremente y de forma consensuada junto a nuestra pareja las pautas y normas de convivencia, basadas en nuestro presente y nuestra situación personal actual, aceptando y respetando en todo momento a nuestros respectivos sistemas familiares, aunque opinemos de forma diferente a ellos en algunos aspectos o en muchos, entendiendo que cada uno de los miembros de la familia es como es, y no sintiéndonos en ningún momento mejor que ellos. Ellos tienen su vida y su destino, y nosotros el nuestro.

Es muy importante dar prioridad en nuestra vida siempre a la pareja, si queremos desarrollarnos consciente y sanamente en esta área de la vida, honrando a ambos sistemas familiares por igual, porque la vida fluye a través de nosotros, gracias a que ellos vinieron antes.

Si este texto os ha llegado y resuena en vuestra vida, os dejo un pequeño ejercicio por si queréis conectaros con vuestra pareja y su linaje.

Ejercicio para conectar con la pareja

Sentados en una silla con los pies bien apoyados en el suelo a la altura de las caderas con la columna vertebral alineada, separada un poco del respaldo para sostener vuestro peso y conectaros a la vida. Cerráis los ojos y realizáis unas cuantas respiraciones profundas para conectaros con el presente y comenzar a relajaros.

A continuación, visualizáis delante de vosotros a vuestra pareja y le decís lentamente sintiendo en vuestro corazón cada una de las frases previamente:

Gracias por compartir la vida conmigo.
No soy mejor que tú.
Soy igual que tú, con mis virtudes y defectos.
Te acepto tal y como eres.
Gracias por ser mi pareja.
Gracias por los hijos que me has dado (en el caso de tener hijos en común).

Y ahora detrás de tu pareja en el lado izquierdo, visualizas a su madre (tu suegra) y le dices:

Gracias por dar la vida a mi marido (puedes decir su nombre también si no estáis casados, o te resulta más cómodo).
Gracias a ti puedo disfrutar la vida con él.
En mi corazón te doy el lugar que te corresponde como mi suegra (o como la madre de... si la pareja no está casada).

A continuación, detrás de tu pareja en el lado derecho, visualizas a su padre (tu suegro) y le dices:

Gracias por dar la vida a mi marido (puedes decir su nombre si no estáis casados, o te resulta más cómodo).
Gracias a ti puedo disfrutar la vida con él.
En mi corazón te doy el lugar que te corresponde como mi suegro (o como el padre de... si la pareja no está casada).

Y trata de sentir la energía que fluye a través de tu pareja y sus padres y llévala a tu corazón para fundirte con ella.

Si hay alguna frase que te cuesta decir o que no puedes sentir, tendrás que interiorizarla aún más y trabajar en ello, si deseas avanzar y sanar tu relación de pareja.

Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.

Fuente: este post proviene de Saludterapia, donde puedes consultar el contenido original.
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